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El constante aumento en los precios de los carburantes no se ha visto reflejado en las ventas de autocaravanas. Incluso cada vez más gallegos optan por este medio de transporte para viajar a diversos destinos europeos, donde el combustible es aún más caro que en España. Lo dicen tanto los vendedores como los usuarios de casas rodantes.
Juan García, de la empresa Autocaravanas del Eo en Lugo, asegura que «lo que sí ha impactado negativamente en las ventas es el impuesto de matriculación por la ley de contaminación aplicado a furgonetas, que supone un incremento del 15% en el precio».
Manuel Gil, de la Plataforma Autónoma de Autocaravanas, declara que viajar en este tipo de vehículos resulta costoso, porque además del combustible hay otros gastos importantes, como los peajes o los ferris. «Uno de los viajes más caros que he realizado fue al Cabo Norte, en Noruega, donde gastamos cerca de 6.000 euros, pero vale la pena», afirma Gil.
Maricarmen Villalón, del Cámping Caravaning Club de Ourense, considera que pese a los gastos «resulta más económico viajar con una caravana porque se ahorra mucho dinero en hospedaje». Pone como ejemplo un viaje de 15 días para dos personas en caravana de A Coruña a El Algarve, en Portugal. «Es un recorrido largo que puede llegar a costar alrededor de 1.800 euros, incluyendo carburantes, peajes, cuota de cámping; en fin, todo. Además, conoces todos los lugares por donde vas pasando», señala la campista. El mismo viaje para dos personas en avión con hospedaje incluido en un hotel de tres estrellas puede costar alrededor de 2.000 euros, a los que habría que añadir los gastos de alimentación y de transporte local.
Muchos de los usuarios de autocaravanas y caravanas eligen destinos europeos que cuentan con la infraestructura suficiente para recibir a este tipo de transportes. «En Francia hay áreas de servicio gratuitas donde además de vaciar aguas puedes utilizar los conectores para electricidad», asegura Alejandro Ocón, de la Asociación de Autocaravanistas Afilador.
Para Ocón, una de las principales ventajas de viajar en una casa rodante es que puedes llevar la comida. «En Noruega, por ejemplo, no es fácil conseguir aceitunas. Además, productos como el pan y la leche son más caros», dice el campista ourensano.
fuente: La Voz de Galicia
Juan García, de la empresa Autocaravanas del Eo en Lugo, asegura que «lo que sí ha impactado negativamente en las ventas es el impuesto de matriculación por la ley de contaminación aplicado a furgonetas, que supone un incremento del 15% en el precio».
Manuel Gil, de la Plataforma Autónoma de Autocaravanas, declara que viajar en este tipo de vehículos resulta costoso, porque además del combustible hay otros gastos importantes, como los peajes o los ferris. «Uno de los viajes más caros que he realizado fue al Cabo Norte, en Noruega, donde gastamos cerca de 6.000 euros, pero vale la pena», afirma Gil.
Maricarmen Villalón, del Cámping Caravaning Club de Ourense, considera que pese a los gastos «resulta más económico viajar con una caravana porque se ahorra mucho dinero en hospedaje». Pone como ejemplo un viaje de 15 días para dos personas en caravana de A Coruña a El Algarve, en Portugal. «Es un recorrido largo que puede llegar a costar alrededor de 1.800 euros, incluyendo carburantes, peajes, cuota de cámping; en fin, todo. Además, conoces todos los lugares por donde vas pasando», señala la campista. El mismo viaje para dos personas en avión con hospedaje incluido en un hotel de tres estrellas puede costar alrededor de 2.000 euros, a los que habría que añadir los gastos de alimentación y de transporte local.
Muchos de los usuarios de autocaravanas y caravanas eligen destinos europeos que cuentan con la infraestructura suficiente para recibir a este tipo de transportes. «En Francia hay áreas de servicio gratuitas donde además de vaciar aguas puedes utilizar los conectores para electricidad», asegura Alejandro Ocón, de la Asociación de Autocaravanistas Afilador.
Para Ocón, una de las principales ventajas de viajar en una casa rodante es que puedes llevar la comida. «En Noruega, por ejemplo, no es fácil conseguir aceitunas. Además, productos como el pan y la leche son más caros», dice el campista ourensano.
fuente: La Voz de Galicia