Yo diría que esos campings-resorts están acercando el campismo a las familias más urbanitas. Contribuyen a dar a conocer la vida campista a gente que de otro modo no se acercaría a un camping y a la vez, mejora la oferta de servicios a todos los usuarios (de bungaló o de tienda) proporcionando, sobre todo a estos últimos, acceso a servicios (spa, piscinas con toboganes, gimnasio, restaurantes de mejor calidad, varios bares en el recinto, guardería, animación, espectáculos pistas deportivas, alquiler de bicicletas, etc...) que, de otro modo, no tendrían. Cito los más evidentes, aunque realmente suele haber más como son calles más anchas y planas, mejor pavimentadas y limpias, jardines más cuidados, mejor iluminación, más puntos de venta (helados, pan y bollería), más y mejores instalaciones recreativas, mayor seguridad y control de accesos, recepciones con mejor atención y mayor dominio de otros idiomas, y así un largo etcétera. Tampoco es extraño que estos camping- resorts esten en primera línea de playa y no en la quinta puñeta...
Obviamente, BENEFICIAN al campismo, diversificando la oferta y mejorando la calidad y variedad de las instalaciones. Evidentemente, esos servicios e instalaciones de categoría superior, tienen reflejo en el precio.
Realmente a los "campistas de verdad" también les gusta todo esto, lo que les molesta y sucita quejas es no poder pagarlos. Y es que el campista no era consciente que hay categorías, como en los hoteles, y que apalancarse quince días bajo la quinta estrella, lamentablemente no está al alcance de todos los bolsillos.