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Las últimas encuestas indican que la crisis ha dejado al 61% de los españoles sin vacaciones. Sin embargo, la fórmula más barata para disfrutar de un periodo de descanso en época estival sigue siendo el cámping y parece que la crisis no se ha cebado en exceso con ellos.
Al revés, los fieles siguen acudiendo a las zonas de acampada libre, al tiempo que cada vez hay más gente que acaba por rendirse a los efluvios de esta opción de alojamiento, que mezcla ocio, descanso y naturaleza y en parajes en muchos casos casi idílicos, próximos a la montaña o la playa.
Da igual desplazarse con la caravana o con la tienda de campaña. Lo cierto es que el que va buscando esta opción, lo hace en la mayoría de los casos para poder disfrutar de forma directa del contacto con el medio natural y de la sensación de libertad que aporta. Y para ello, no dudan en desplazarse familias enteras, que al convertirse en usuarios de estos cámpings también tienen acceso a servicios cada vez más completos y de calidad. Piscinas, restaurantes, pistas deportivas, opción para practicar deportes acuáticos o de riesgo..., cada vez son más habituales en todos los cámpings.
Y es que según revelaba un reciente estudio, el cámping ha dejado de ser una opción poco confortable para las familias. Las piscinas, los juegos de animación para niños y las actividades deportivas ya son corrientes en muchas instalaciones. De hecho, constituyen los servicios más apreciados por los clientes después del restaurante, el supermercado y el agua caliente. Las prestaciones de ocio son para un 20% de los usuarios un motivo fundamental para elegir la acampada como modalidad de vacaciones, casi tanto como el precio. Por su parte, un 24% confiesa que optan por el cámping porque es más barato.
Más en Cáceres
En Extremadura, los cámpings en la provincia de Cáceres ganan por goleada a los de Badajoz. En la provincia cacereña, tal y como recoge la guía de la Dirección General de Turismo de la Junta de Extremadura, se contabilizan cerca de la treintena y se ubican en poblaciones como Cuacos de Yuste, Pinofranqueado, Hervás, Losar de la Vera, Jarandilla de la Vera, Baños de Montemayor, Gata, Malpartida de Plasencia, Alcántara, Navaconcejo, Riomalo de Abajo, La Garganta, Guadalupe, Aldeanueva del Camino, Aldeanueva de la Vera, Plasencia, Valverde del Fresno, Miajadas, Santibañez el Alto y Jerte. Por su parte, en la provincia pacense se localizan un par de ellos en Mérida, en Monesterio, Azuaga y otro en la zona Puerto Peña, en el municipio de Talarrubias. En Orellana la Vieja hace unos años se abrió uno cerca del pantano y de la Hospedería pero, provisionalmente, está cerrado actualmente.
De todos los existentes en la región, un total de 16 están adscritos a la Asociación de Cámpings de Extremadura, que preside desde el 2007 Augusto Diez Martín que, a la vez, es dueño del cámping 'Ciudad de Cáceres'. Aunque ahora están en plena campaña y no es hasta el final de la misma cuando todos hacen balance, lo que sí han constatado muchos empresarios es que «vamos creciendo año a año en ocupación».
De 25 a 30 euros al día
Un crecimiento, como apunta Diez, que entre otras cuestiones se justifica ya que «no dejamos de ser la alternativa más económica para pasar unas vacaciones, ya que alojarse en un cámping de interior es bastante más barato que un hotel». Y es que, en Extremadura, a una familia de dos adultos, dos niños, con un vehículo y un punto de luz, la estancia le puede salir el día entre los 25 y los 30 euros.
En este caso, los cámpings extremeños siguen conservando a usuarios fieles, aunque su presidente recuerda que hay de todo: «Hay gente que utiliza nuestros cámpings como zonas de paso, para atravesar la Península de sur a norte y otros que vienen simplemente por disfrutar de la zona».
El caso es que en los alojamientos de la región se pueden encontrar clientes de diversos puntos de España, aunque quizás la presencia de los madrileños predomine más en las zonas de La Vera o Monfragüe, mientras que los vascos, catalanes o valencianos se decanten más por el Valle del Ambroz o Cáceres.
Asimismo, entre la clientela de los cámpings extremeños hay un alto índice de extranjeros, sobre todo italianos, ingleses, franceses, holandeses y alemanes, que «acaparan el 30% de las estancias».
Augusto Diez reconoce que en los últimos años, los cámpings extremeños han dado una vuelta de tuerca importante en busca de la calidad. De hecho los que están adscritos a la asociación «son de primera calidad». Sin ir más lejos, el que gestiona el propio presidente en Cáceres «tiene la particularidad de tener un baño privado por parcela, algo que pueden ofrecer muy pocos».
No obstante, éste advierte que la concepción del cámping en nuestra región difiere bastante del que se tiene en otras comunidades en donde «realmente, y sobre todo al lado de la playa, se levantan auténticos macrocámpings, que parecen casi pueblos y que no tienen que ver con nuestros cámpings interiores en donde los dueños estamos al pie del cañón trabajando, todos nos conocemos y establecemos unas relaciones de amistad bastante estrechas».
Y es que, habitualmente, los usuarios de cámpings suelen establecer entre ellos buenas relaciones de amistad, forjando en conjunto un ambiente casi familiar. Como consecuencia de ello, en multitud de ocasiones, una vez terminado el periodo vacacional, muchas personas siguen manteniendo el contacto para que se produzca el reencuentro.
En el caso de Extremadura, Augusto Diez considera que quizás el principal hándicap siga siendo la escasez de oferta existente en la provincia pacense: «Creo que está bastante coja en el tema de cámpings y parece incomprensible que por ejemplo la capital, Badajoz, que está tan próxima a Portugal, no disponga de un cámping en condiciones».
A pesar de todo, éste también comprende el que no todos se arriesguen a poner en marcha «un negocio que requiere una inversión muy fuerte, y que luego se amortiza a largo plazo». Y es que, como admite, «para gestionar un cámping creo que hay que tener un puntito de locura».
"Cuando vuelves, llegas con las pilas cargadas"
Dentro del amplio espectro que ofrece el panorama extremeño, el diario HOY se desplazó hasta el cámping de Puerto Peña, situado en plena comarca de La Siberia y al que se accede a través de la N-430. Un cámping que ofrece la posibilidad de practicar deportes acuáticos y pesca.
El cámping 'Puerto Peña' de Talarrubias tiene además el privilegio de estar ubicado junto a las limpias aguas del río Guadiana y del embalse de García de Sola. Además de ser una zona de especial protección de aves, es una de las más atractivas de la comunidad extremeña al estar considerado como auténtico paraíso de buitres leonados, águilas, cigüeñas negras y todo ello en plena naturaleza.
Mariano García llegó aquí procedente de Toledo con su mujer y su hijo y durante el fin de semana ha probado por primera vez las excelencias de este alojamiento extremeño: «Nuestras exigencias las cumple este cámping. Es muy aceptable. Hemos estado tres días y le daría de nota un siete, ya que en comparación con otros en los que hemos estados, como los de la zona del Levante o Barcelona, no está tan bien acondicionado».
Y si esta familia toledana debutaba en la región, Antonio Enrique Sánchez, de Villanueva de la Serena, se puede considerar todo un veterano, pues es un cliente asiduo con su familia y con unos amigos. Y, como reconoce, su estancia no puede ser más placentera: «Cuando nos levantamos sacamos a los perros y los llevamos al río y luego venimos, nos tomamos una cervecita, vamos un rato a la piscina y después de comer nos acostamos la siesta, pues tenemos la caravana con aire acondicionado. Una vez que nos levantamos, nos tomamos nuestro cafelito, vamos otra vez a la piscina y en definitiva de lo que se trata es de descansar. Luego se duerme muy bien, ya que aquí por la noche baja cuatro o cinco grados la temperatura porque sueltan el agua del pantano y muchas noches nos tenemos que arropar y todo».
José Antonio López viene de Villar de Rena y comparte su estancia en el cámping con la familia de Antonio. Muchos días, van y vienen al cámping y dejan allí a la familia. No obstante, éste echa de menos más oferta en la provincia: «Esta zona no está tan explotada como la de Cáceres y está desaprovechada. De todas formas tampoco veo que haya gente que lo sepa gestionar bien».
Aunque si hay alguien al que le viene bien un día de cámping, ese es a Victoriano Guerrero, también de Villar de Rena, que resume el bienestar que invade a cualquier campista fiel: «Esto es muy recomendable. Además, al otro día de haber estado de cámping llegas nuevo y con las pilas cargadas».
OPINIONES:
Mariano Sánchez, viene desde Toledo.
«Creo que la diferencia entre cámping y no cámping es poca, aunque parece que los niños lo disfrutan mejor ya que hay unas condiciones diferentes a las de un hotel y aquí se suele tener más manga ancha. Principalmente venimos más por ellos y por las actividades alternativas que se ofrecen y que les tienen entretenidos».
Antonio Enrique Sánchez, viene de Villanueva de la Serena
«Nosotros montamos la caravana durante los tres meses de verano. Venimos los fines de semana y las vacaciones. A mí pasar los días aquí me aporta tranquilidad y desde hace años venimos unos amigos y se está muy a gusto. Además, nos anima el hecho de que sea una oferta asequible económicamente».
José Antonio López, viene de Villar de Rena
«A mí la playa personalmente no me gusta. El año pasado fuimos por la mujer una semana y la visité el primer día y el último. Por eso prefiero venirme de cámping aquí, que está muy cerquita de casa. Este es un cámping muy familiar y los niños son los que mejor se lo pasan. Además se hacen bastantes amistades».
Victoriano Guerrero, viene de Villar de Rena
«Más tranquilidad que la que encuentras aquí es imposible. Muchas veces, además, hace falta desconectar en lugares como estos. Además, aquí en Puerto Peña hay el calor justo, ya que cuando empieza a atardecer refresca incluso un poco. Luego, el que la estancia de cuatro personas cueste al día 22 euros también atrae».
fuente: HOY Extremadura a diario con noticias y última hora del periódico y la edición digital
Al revés, los fieles siguen acudiendo a las zonas de acampada libre, al tiempo que cada vez hay más gente que acaba por rendirse a los efluvios de esta opción de alojamiento, que mezcla ocio, descanso y naturaleza y en parajes en muchos casos casi idílicos, próximos a la montaña o la playa.
Da igual desplazarse con la caravana o con la tienda de campaña. Lo cierto es que el que va buscando esta opción, lo hace en la mayoría de los casos para poder disfrutar de forma directa del contacto con el medio natural y de la sensación de libertad que aporta. Y para ello, no dudan en desplazarse familias enteras, que al convertirse en usuarios de estos cámpings también tienen acceso a servicios cada vez más completos y de calidad. Piscinas, restaurantes, pistas deportivas, opción para practicar deportes acuáticos o de riesgo..., cada vez son más habituales en todos los cámpings.
Y es que según revelaba un reciente estudio, el cámping ha dejado de ser una opción poco confortable para las familias. Las piscinas, los juegos de animación para niños y las actividades deportivas ya son corrientes en muchas instalaciones. De hecho, constituyen los servicios más apreciados por los clientes después del restaurante, el supermercado y el agua caliente. Las prestaciones de ocio son para un 20% de los usuarios un motivo fundamental para elegir la acampada como modalidad de vacaciones, casi tanto como el precio. Por su parte, un 24% confiesa que optan por el cámping porque es más barato.
Más en Cáceres
En Extremadura, los cámpings en la provincia de Cáceres ganan por goleada a los de Badajoz. En la provincia cacereña, tal y como recoge la guía de la Dirección General de Turismo de la Junta de Extremadura, se contabilizan cerca de la treintena y se ubican en poblaciones como Cuacos de Yuste, Pinofranqueado, Hervás, Losar de la Vera, Jarandilla de la Vera, Baños de Montemayor, Gata, Malpartida de Plasencia, Alcántara, Navaconcejo, Riomalo de Abajo, La Garganta, Guadalupe, Aldeanueva del Camino, Aldeanueva de la Vera, Plasencia, Valverde del Fresno, Miajadas, Santibañez el Alto y Jerte. Por su parte, en la provincia pacense se localizan un par de ellos en Mérida, en Monesterio, Azuaga y otro en la zona Puerto Peña, en el municipio de Talarrubias. En Orellana la Vieja hace unos años se abrió uno cerca del pantano y de la Hospedería pero, provisionalmente, está cerrado actualmente.
De todos los existentes en la región, un total de 16 están adscritos a la Asociación de Cámpings de Extremadura, que preside desde el 2007 Augusto Diez Martín que, a la vez, es dueño del cámping 'Ciudad de Cáceres'. Aunque ahora están en plena campaña y no es hasta el final de la misma cuando todos hacen balance, lo que sí han constatado muchos empresarios es que «vamos creciendo año a año en ocupación».
De 25 a 30 euros al día
Un crecimiento, como apunta Diez, que entre otras cuestiones se justifica ya que «no dejamos de ser la alternativa más económica para pasar unas vacaciones, ya que alojarse en un cámping de interior es bastante más barato que un hotel». Y es que, en Extremadura, a una familia de dos adultos, dos niños, con un vehículo y un punto de luz, la estancia le puede salir el día entre los 25 y los 30 euros.
En este caso, los cámpings extremeños siguen conservando a usuarios fieles, aunque su presidente recuerda que hay de todo: «Hay gente que utiliza nuestros cámpings como zonas de paso, para atravesar la Península de sur a norte y otros que vienen simplemente por disfrutar de la zona».
El caso es que en los alojamientos de la región se pueden encontrar clientes de diversos puntos de España, aunque quizás la presencia de los madrileños predomine más en las zonas de La Vera o Monfragüe, mientras que los vascos, catalanes o valencianos se decanten más por el Valle del Ambroz o Cáceres.
Asimismo, entre la clientela de los cámpings extremeños hay un alto índice de extranjeros, sobre todo italianos, ingleses, franceses, holandeses y alemanes, que «acaparan el 30% de las estancias».
Augusto Diez reconoce que en los últimos años, los cámpings extremeños han dado una vuelta de tuerca importante en busca de la calidad. De hecho los que están adscritos a la asociación «son de primera calidad». Sin ir más lejos, el que gestiona el propio presidente en Cáceres «tiene la particularidad de tener un baño privado por parcela, algo que pueden ofrecer muy pocos».
No obstante, éste advierte que la concepción del cámping en nuestra región difiere bastante del que se tiene en otras comunidades en donde «realmente, y sobre todo al lado de la playa, se levantan auténticos macrocámpings, que parecen casi pueblos y que no tienen que ver con nuestros cámpings interiores en donde los dueños estamos al pie del cañón trabajando, todos nos conocemos y establecemos unas relaciones de amistad bastante estrechas».
Y es que, habitualmente, los usuarios de cámpings suelen establecer entre ellos buenas relaciones de amistad, forjando en conjunto un ambiente casi familiar. Como consecuencia de ello, en multitud de ocasiones, una vez terminado el periodo vacacional, muchas personas siguen manteniendo el contacto para que se produzca el reencuentro.
En el caso de Extremadura, Augusto Diez considera que quizás el principal hándicap siga siendo la escasez de oferta existente en la provincia pacense: «Creo que está bastante coja en el tema de cámpings y parece incomprensible que por ejemplo la capital, Badajoz, que está tan próxima a Portugal, no disponga de un cámping en condiciones».
A pesar de todo, éste también comprende el que no todos se arriesguen a poner en marcha «un negocio que requiere una inversión muy fuerte, y que luego se amortiza a largo plazo». Y es que, como admite, «para gestionar un cámping creo que hay que tener un puntito de locura».
"Cuando vuelves, llegas con las pilas cargadas"
Dentro del amplio espectro que ofrece el panorama extremeño, el diario HOY se desplazó hasta el cámping de Puerto Peña, situado en plena comarca de La Siberia y al que se accede a través de la N-430. Un cámping que ofrece la posibilidad de practicar deportes acuáticos y pesca.
El cámping 'Puerto Peña' de Talarrubias tiene además el privilegio de estar ubicado junto a las limpias aguas del río Guadiana y del embalse de García de Sola. Además de ser una zona de especial protección de aves, es una de las más atractivas de la comunidad extremeña al estar considerado como auténtico paraíso de buitres leonados, águilas, cigüeñas negras y todo ello en plena naturaleza.
Mariano García llegó aquí procedente de Toledo con su mujer y su hijo y durante el fin de semana ha probado por primera vez las excelencias de este alojamiento extremeño: «Nuestras exigencias las cumple este cámping. Es muy aceptable. Hemos estado tres días y le daría de nota un siete, ya que en comparación con otros en los que hemos estados, como los de la zona del Levante o Barcelona, no está tan bien acondicionado».
Y si esta familia toledana debutaba en la región, Antonio Enrique Sánchez, de Villanueva de la Serena, se puede considerar todo un veterano, pues es un cliente asiduo con su familia y con unos amigos. Y, como reconoce, su estancia no puede ser más placentera: «Cuando nos levantamos sacamos a los perros y los llevamos al río y luego venimos, nos tomamos una cervecita, vamos un rato a la piscina y después de comer nos acostamos la siesta, pues tenemos la caravana con aire acondicionado. Una vez que nos levantamos, nos tomamos nuestro cafelito, vamos otra vez a la piscina y en definitiva de lo que se trata es de descansar. Luego se duerme muy bien, ya que aquí por la noche baja cuatro o cinco grados la temperatura porque sueltan el agua del pantano y muchas noches nos tenemos que arropar y todo».
José Antonio López viene de Villar de Rena y comparte su estancia en el cámping con la familia de Antonio. Muchos días, van y vienen al cámping y dejan allí a la familia. No obstante, éste echa de menos más oferta en la provincia: «Esta zona no está tan explotada como la de Cáceres y está desaprovechada. De todas formas tampoco veo que haya gente que lo sepa gestionar bien».
Aunque si hay alguien al que le viene bien un día de cámping, ese es a Victoriano Guerrero, también de Villar de Rena, que resume el bienestar que invade a cualquier campista fiel: «Esto es muy recomendable. Además, al otro día de haber estado de cámping llegas nuevo y con las pilas cargadas».
OPINIONES:
Mariano Sánchez, viene desde Toledo.
«Creo que la diferencia entre cámping y no cámping es poca, aunque parece que los niños lo disfrutan mejor ya que hay unas condiciones diferentes a las de un hotel y aquí se suele tener más manga ancha. Principalmente venimos más por ellos y por las actividades alternativas que se ofrecen y que les tienen entretenidos».
Antonio Enrique Sánchez, viene de Villanueva de la Serena
«Nosotros montamos la caravana durante los tres meses de verano. Venimos los fines de semana y las vacaciones. A mí pasar los días aquí me aporta tranquilidad y desde hace años venimos unos amigos y se está muy a gusto. Además, nos anima el hecho de que sea una oferta asequible económicamente».
José Antonio López, viene de Villar de Rena
«A mí la playa personalmente no me gusta. El año pasado fuimos por la mujer una semana y la visité el primer día y el último. Por eso prefiero venirme de cámping aquí, que está muy cerquita de casa. Este es un cámping muy familiar y los niños son los que mejor se lo pasan. Además se hacen bastantes amistades».
Victoriano Guerrero, viene de Villar de Rena
«Más tranquilidad que la que encuentras aquí es imposible. Muchas veces, además, hace falta desconectar en lugares como estos. Además, aquí en Puerto Peña hay el calor justo, ya que cuando empieza a atardecer refresca incluso un poco. Luego, el que la estancia de cuatro personas cueste al día 22 euros también atrae».
fuente: HOY Extremadura a diario con noticias y última hora del periódico y la edición digital
