Aunque en general todos tenemos la impresión de que en este mundo de usar y tirar las cosas no se hacen para que duren, sino para que no haya quejas durante la garantía, creo que en el mundo de los motores tampoco hay que lamentarse tanto.
Antes los motores duraban mucho, se podían arreglar fácilmente y a bajo coste. Pero se hacía de hierro, y con suerte aluminio lo de altas prestaciones, los mecanizados se hacía "a ojo" si lo comparas con la tecnología actual, las tolerancias eran mucho mayores, quemaban mucho aceite, y lo tiraban al suelo, y gastaban mucho combustible.
Ahora, ponemos en duda la durabilidad de los motores, pero no caemos en que las tecnologías son muy distintas. Ahora hay aleaciones muy pensadas para cada uso, y una precisión en los mecanizados muy alta, así como en los ajustes, además de todos los avances tecnológicos que permiten aprovechar mejor el combustible y sacarle más rendimiento.
No creo que este la cosa tan mal.
Eso sí, un gasolina a 5000 rpm va durar menos que un diésel similar a 2000. Igual que antes.
Y un motor mal cuidado va a durar menos que uno que esté mimado. Igual que antes.
El primer coche que jubilé fue un 505 ranchera de mi padre, con motor 2.500 diésel GRD y 55 CV creo recordar. Hacía con el lo que quería, aunque despacio (no estaba diseñado para ir a 120 km/h, sino a 90, que cuando salió no había autovías) y pasó el millón de kilómetros, con una rectificación del motor por una avería a los 600 mil (se partió una válvula) precisamente por querer ir más rápido de la cuenta. Entonces todavía era rentable reparar motores. Se jubiló con la tapicería y el interior impecables, excepto el asiento del conductor que se retapizó en una ocasión.
El segundo ha sido el C5 con motor 2.0 HDI 110 CV. Este lo compré yo, ya con miedo porque era un motor pequeño con muchos caballos, y vete tú a saber lo que iba a durar, con lo que cuesta... Lo acabo de jubilar con 550 mil kilómetros, y una avería en los inyectores que no merecía la pena arreglar. El motor, si no es por eso, seguiría funcionando, sin ruidos raros ni goteos. Bueno, sí tenía un goteo, pero no era por los rezumes del motor, sino del radiador del intercooler (dichosa tecnología). Al final, el tiempo ha dicho que el miedo con este motor no tenía fundamentos. Creo que ha dado bien de sí. En este caso, el interior estaba un poco mas desastre que el anterior, con algunos plásticos pegajosos (los que tenían tacto blandito se deterioraron a los 10 años, los otros seguían bien, se ve que el recubirmiento blandito tiene vida limitada), y partes de la tapicería de los asientos y las puertas despegada de la espuma interior.
Ahora estoy con otro C5 Aircross, con motor 1.6 diésel 130 CV. Era lo que había con el presupuesto. Un poco más potente que el anterior, para ir un poco mejor con la caravana, pero un poco más pequeño. No puedo estar pensando que se va a romper en seguida, si no no podría vivir ni disfrutar de él, pero hay que ser consciente de que hay que mimarlo. Ya veremos como envejece.
Por gusto, habría comprado una gran berlina de alta gama con un gran motor, pero es demasiado para el cuerpo de un obrero... No queda otra que apañarse con lo que tenemos, y cuidarlo.
Uf.. Creo que me he perdido. No sé lo que iba a decir. Bueno, sí, que creo que es un falso mito eso de que los motores de ahora duran menos. Lo que realmente pasa es que los descuidamos y maltratamos más, que los materiales del habitáculo envejecen peor, y que al precio que están los repuestos, la mano de obra y los vehículos de segunda mano, muchas veces no merece la pena repararlos para alargarles la vida. No es un problema del motor en si mismo.
Por eso, si ese es el motor que te gusta, y según las prestaciones del coche es suficiente con holgura para la caravana, adelante y disfrútalo. Tampoco te tires a lo kamikaze, y revisa bien los datos técnicos del coche que compres, así como las revisiones de las revistas del sector.