Los toldos se suelen romper, sobre todo, por la confianza. La confianza en que no se romperán...
Y precisamente, lo que las cinchas aportan es confianza.
Creo que el factor clave en el toldo (pero en general en todos los ámbitos del campismo) es la orientación. Y es una cuestión de costumbre: pararse unos instantes a observar la parcela donde pretendemos instalarnos y no dejarnos llevar por el primer impulso. Ver el sol, la inclinación del suelo, la posible entrada o acumulación de agua en caso de tormenta, y la protección contra el viento.
En lo que tiene que ver con el toldo, pero también con la tienda, cenadores, etc... es importante disponerlas desde el inicio, resguardados del viento, pues ese es su principal enemigo. Aprovechar la cercanía a los setos, o disponer la CV o AC de forma que cierren la posible entrada de vientos dominantes en todo o en parte. El viento se combate a partir de la orientación.
No obstante la sabiduría popular suele aconsejar utilizar "cada cosa, para lo que es": el toldo tiene la ventaja sobre el avancé, en la rapidez para montar y desmontar. Son treinta segundos de manivela, que conviene no desaprovechar. Pero sin olvidar que el toldo es para protegernos del sol. Se inventó para eso y por más que los "postizos" lo acaben asemejando a un avance, no es lo mismo: su estructura no esta tan preparada. Y mi experiencia con toldos me dice que no es fácil romper un toldo si se utiliza convenientemente, pero que resulta bastante sencillo hacerlo si tenemos por costumbre dejarlo puesto sin estar nosotros debajo.