joel david
Participativ@
Después de 9 años como autocaravanista me duele enormemente ver como la situación para ejercer mi afición campista cada día se va degradando un poco más.
Mi primera salida con autocaravana fue a un lugar que se convertiría rápidamente en uno de mis preferidos : Isla Cristina (Huelva). A pocos Km de la frontera con Portugal, Isla Critina es un pueblecito donde todavía conviven el ancestral espíritu marinero de sus habitantes con la modernidad turística que sus políticos quieren tener.
Pasear por su puerto observando las labores de pesca, comprar en su variado mercado repleto de manjares del mar, tapear en sus bares y, por supuesto, bañarse en sus interminables playas atlánticas, son actividades que, por más que repita, me llenan de relax y satisfacción.
Existen tres aparcamientos entre pinos al borde del mar para que los turistas y lugareños puedan disfrutar de sus idílicas playas. Los tres están algo separados del casco urbano y yo suelo elegir el que más cercano se encuentra al pueblo: la playa del hoyo. En los meses "punta", julio y agosto, hay un "gorrila" que hace las funciones de regulador y recaudador.
Los 450 km que me separa de unos de mis lugares favoritos hacen que no pueda visitarlo con más asiduidad pero, en estos 9 años, cada vez que un puente me ha alargado el fin de semana, he procurado hacerle una visita. He estado tanto en primavera como en otoño, tambien en pleno verano y nunca había tenido problemas para pasar allí un plácido "fin de semana".
Este año las cosas han cambiado, llegamos, mi amigo Manolo y yo, casi de madrugada y a la mañana siguiente, pepe, el "gorrilla" no nos quiso cobrar el correspondiente aparcamiento, sgún él eran "ordenes de arriba", las autocaravanas ya no podíamos pernoctar, si que podíamos aparcar durante el día, pero no pasar la noche.
Nos fuimos al mercado y compramos los "avíos" correspondientes a una buena paella de mariscos (Manolo eres un monstruo haciendo paellas..hummm), además de darnos una vuelta para hacer una comparativas de tapas de atún entre los bares (atún encebollao, atún en tomate, atún a la isleña...con su correspondiente cervecita fresquita) y por la tarde recibimos la visita de un policía municipal...
Nos comunicó el agente, tras pedirnos la documentación del vehiculo y los carnets de identidad, que no podíamos pernoctar en todo el termino municipal y que de hacerlo, recibiríamos la correspondiente denuncia en virtud al bando municipal correspondiente.
la pregunta era clara: por qué???
la respuesta fue simple: "es que si dejamos pernoctar se nos juntan 300 autocaravanas en todo el pueblo"
Nuestra respuesta fue todavía más simple: "pues 300 familas más de turistas que tiene su pueblo, visitando el mismo y consumiendo en sus comercios"
El policía se quedó un tanto descolocado con nuestra respuesta y durante un instante se quedó pensativo hasta que, disculpandose, dijo: "es que son ordenes de arriba, ellos sabrán lo que hacen... mi función es impedir que las autocaravanas pernocten en el pueblo...".
Fue una pena que esa noche no pudieramos ir a comernos uno de esos deliciosos pescados a la parrilla que ponen en uno de los restaurantes del puerto... para nosotros y también para el dueño del restaurante.
A solo 30 km de distancia, en Portugal, llegamos a Montegordo, nos aparcamos en una zona de pinos junto al mar, casi idéntica a la de Isla Cristina, que daba acceso a una playa casi idéntica a la de Isla Cristina, separada del pueblo por un pequeño carril entre pinos (estupendo para las bicis) casi idéntico al de Isla Cristina. Tal vez la única diferencia es que no había ningún "gorrila".
Allí a un lado y a otro del pueblo, y también el el medio, y también atrás... estaban las "300" autocaravanas que "sobraban" en Isla Cristina. Holandeses, Franceses, Alemanes, Ingleses, .... y por supuesto, Españoles....
300 familias de turistas haciendo lo que deben hacer los turistas, disfrutando de lo que el pueblo les brinda: sol, playas y .... por supuesto... comercios bares, restaurantes, atracciones, lo primero gratis, lo segundo.. pagando.
Salvo excepciones abusivas (que son las que hay que perseguir) los autocaravanistas somos un turismo de alta rotación, uno o dos días, tres como máximo, es el tiempo que necesitamos para "ver un sitio" y mudarnos a otro.
La ecuación es simple: 300 autocaravanas x por 2 días de media x el año completo = muchos turistas....= muchos ingresos.
Sin embargo en España no queremos entender de matematicas turísticas, estamos empeñados en cambiar los términos de la ecuación, queremos que en la misma, en lugar de 300 autocaravanas aparezcan 0 y así no nos va a salir ninguna cuenta...
Cuando uno evalúa las posibilidades de nuestro pais como recepcionista de turismo de autocaravana se dá cuenta de que nuestro potencial es probablemente el más grande de Europa y que en la primera parte de la ecuación podríamos convertir la cifra de 300 en la que realmente queramos.
Dá verdadera lástima ver como en todos los paises fronterizos, Francia, Portugal y Marruecos, se me trate, se me considere, como a un turista y aquí, en mi pais, me traten con un delincuente, como un caradura al que hay que echar de los sitios a toda costa, mejor dicho a todo bando municipal.
perdón a todos por el "tocho"
Mi primera salida con autocaravana fue a un lugar que se convertiría rápidamente en uno de mis preferidos : Isla Cristina (Huelva). A pocos Km de la frontera con Portugal, Isla Critina es un pueblecito donde todavía conviven el ancestral espíritu marinero de sus habitantes con la modernidad turística que sus políticos quieren tener.
Pasear por su puerto observando las labores de pesca, comprar en su variado mercado repleto de manjares del mar, tapear en sus bares y, por supuesto, bañarse en sus interminables playas atlánticas, son actividades que, por más que repita, me llenan de relax y satisfacción.
Existen tres aparcamientos entre pinos al borde del mar para que los turistas y lugareños puedan disfrutar de sus idílicas playas. Los tres están algo separados del casco urbano y yo suelo elegir el que más cercano se encuentra al pueblo: la playa del hoyo. En los meses "punta", julio y agosto, hay un "gorrila" que hace las funciones de regulador y recaudador.
Los 450 km que me separa de unos de mis lugares favoritos hacen que no pueda visitarlo con más asiduidad pero, en estos 9 años, cada vez que un puente me ha alargado el fin de semana, he procurado hacerle una visita. He estado tanto en primavera como en otoño, tambien en pleno verano y nunca había tenido problemas para pasar allí un plácido "fin de semana".
Este año las cosas han cambiado, llegamos, mi amigo Manolo y yo, casi de madrugada y a la mañana siguiente, pepe, el "gorrilla" no nos quiso cobrar el correspondiente aparcamiento, sgún él eran "ordenes de arriba", las autocaravanas ya no podíamos pernoctar, si que podíamos aparcar durante el día, pero no pasar la noche.
Nos fuimos al mercado y compramos los "avíos" correspondientes a una buena paella de mariscos (Manolo eres un monstruo haciendo paellas..hummm), además de darnos una vuelta para hacer una comparativas de tapas de atún entre los bares (atún encebollao, atún en tomate, atún a la isleña...con su correspondiente cervecita fresquita) y por la tarde recibimos la visita de un policía municipal...
Nos comunicó el agente, tras pedirnos la documentación del vehiculo y los carnets de identidad, que no podíamos pernoctar en todo el termino municipal y que de hacerlo, recibiríamos la correspondiente denuncia en virtud al bando municipal correspondiente.
la pregunta era clara: por qué???
la respuesta fue simple: "es que si dejamos pernoctar se nos juntan 300 autocaravanas en todo el pueblo"
Nuestra respuesta fue todavía más simple: "pues 300 familas más de turistas que tiene su pueblo, visitando el mismo y consumiendo en sus comercios"
El policía se quedó un tanto descolocado con nuestra respuesta y durante un instante se quedó pensativo hasta que, disculpandose, dijo: "es que son ordenes de arriba, ellos sabrán lo que hacen... mi función es impedir que las autocaravanas pernocten en el pueblo...".
Fue una pena que esa noche no pudieramos ir a comernos uno de esos deliciosos pescados a la parrilla que ponen en uno de los restaurantes del puerto... para nosotros y también para el dueño del restaurante.
A solo 30 km de distancia, en Portugal, llegamos a Montegordo, nos aparcamos en una zona de pinos junto al mar, casi idéntica a la de Isla Cristina, que daba acceso a una playa casi idéntica a la de Isla Cristina, separada del pueblo por un pequeño carril entre pinos (estupendo para las bicis) casi idéntico al de Isla Cristina. Tal vez la única diferencia es que no había ningún "gorrila".
Allí a un lado y a otro del pueblo, y también el el medio, y también atrás... estaban las "300" autocaravanas que "sobraban" en Isla Cristina. Holandeses, Franceses, Alemanes, Ingleses, .... y por supuesto, Españoles....
300 familias de turistas haciendo lo que deben hacer los turistas, disfrutando de lo que el pueblo les brinda: sol, playas y .... por supuesto... comercios bares, restaurantes, atracciones, lo primero gratis, lo segundo.. pagando.
Salvo excepciones abusivas (que son las que hay que perseguir) los autocaravanistas somos un turismo de alta rotación, uno o dos días, tres como máximo, es el tiempo que necesitamos para "ver un sitio" y mudarnos a otro.
La ecuación es simple: 300 autocaravanas x por 2 días de media x el año completo = muchos turistas....= muchos ingresos.
Sin embargo en España no queremos entender de matematicas turísticas, estamos empeñados en cambiar los términos de la ecuación, queremos que en la misma, en lugar de 300 autocaravanas aparezcan 0 y así no nos va a salir ninguna cuenta...
Cuando uno evalúa las posibilidades de nuestro pais como recepcionista de turismo de autocaravana se dá cuenta de que nuestro potencial es probablemente el más grande de Europa y que en la primera parte de la ecuación podríamos convertir la cifra de 300 en la que realmente queramos.
Dá verdadera lástima ver como en todos los paises fronterizos, Francia, Portugal y Marruecos, se me trate, se me considere, como a un turista y aquí, en mi pais, me traten con un delincuente, como un caradura al que hay que echar de los sitios a toda costa, mejor dicho a todo bando municipal.
perdón a todos por el "tocho"