Visitante 69
hablador
Conocida por casi todos nosotros, Soria es una de las provincias a la vez más desconocidas e interesantes por su gran diversidad de paisaje y paisanaje.
Quiero centrarme en una zona concreta, Las Tierras Altas Sorianas.
Es esta zona, ya sea por su aislamiento histórico o por la dureza de su clima en invierno, una de las más despobladas de España.
Voy a describiros una ruta, la cual no aconsejo para que os lanceis a ella con vuestros elementos de acampada, ya que posiblemente volvieseis sin ellos.
Una vez pasado Soria, es mi caso pues llego desde Madrid, enfilamos la carretera que nos lleva hacia Logroño, a los pocos kilómetros, nos encontramos con un pueblo que se llama Garray, una vez en este cojeremos un desvio que sale a la derecha en direccion al puerto de Oncala-Arnedo.
El puerto de Oncala no es duro en lo que a sus cuestas se refiere, pero si es uno de los primeros puertos que todos los años cierra por la nieve u obligan a usar cadenas. Empezamos a adivinar, por el paisaje que vamos viendo que la ausencia de masas de arboles y la escasez de cultivo nos delata que nos encontramos en un lugar frio y azotado por el aire, incluso en pleno mes de Julio he sido testigo de algún que otro grado bajo cero.
Una vez que llegamos a la cima del puerto y a los pocos kilómetros hay un desvio a la derecha que nos lleva hacia la población que dá nombre al puerto, Oncala, escondidito en una poza del valle y al abrigo de los vientos sorianos.
Seguimos la carretera, y llegamos a la par que el rio a San Pedro Manrique, localidad famosa por que la noche de San Juan, sus habitantes tienen la costumbre de "pisar la brasa" lo he visto en alguna que orta ocasion y la verdad... por mucho que te digan que si pisas fuerte y rápido no te quemas... en fin, que pruebe el que quiera.
San Pedro Manrique fue en la década de los sesenta uno de los pocos pueblos de la comarca que aguanto la despoblación masiva que hubo en la zona. Tiene un castillo ya en ruinas y alguna que orta iglesia de cierta importancia. Debemos aprovechar allí para reponer combustible, comida, agua etc, pues la ruta que os voy a describir no admite el olvido, sobre todo de combustible, si repostais allí, dais recuerdos de mi parte a "el mudo", dueño de la única gasolinera, alcalde, propietario de la grua, hace el pan..... en fin.
La carretera que atraviesa el pueblo empieza a ascender suavemente en dirección a Yanguas, precioso pueblo este pero no llegaremos hasta él.
A los pocos kilómetros de salir de San pedro Manrique, nos encontraremos una aldeilla que se llama "Taniñe", se accede a ella por una carreterilla local aún asfaltada y en cuyo cruce veremos un cartel de la diputación describiendonos la zona.
Cojemos esta carreterilla local que sale a la derecha y segun subimos la cuesta al tomar la curva que nos dirige en direccion a Taniñe, veremos una pista forestal que sale de nuevo a la derecha y que empieza a recorrer la ladera del valle en continua ascensión, suavecita pero constante, recordar que esto ya es una pista forestal, y aunque su estado por aqui es muy bueno... las autos podrian empezar a quejarse de desajustes.
Según vamos llegando a coronar el paso que une los dos valles, nos encontraremos una verja metálica que está para que no se salga el ganado, volverla a cerrar cuando paseis, y si os la encontrais abierta, por favo cerradla. Esta verja nos da acceso a un nuevo valle, este ya es mucho más grande, cubierto de una enorme masa forestal (pino repoblado) y es aqui cuando empieza la verdadera magia de esta ruta.
Todo lo que empezamos a ver desde ahora es inmenso, despoblado y salvaje, la pista forestal empieza a bajar buscando el abrigo de la falda de la montaña, es muy posible que se os cruce algún corzo o ciervo durante el trayecto, ¡¡ Precaución !!! os garantizo que estos bichos no entienden de prioridades de paso. Tras varios kilómetros de serpenteante pista nos encontraremos el primero de los pueblos abandonados del camino BUIMANCO,
No es posible el acceso con el coche, pero al estar a escasos cincuenta metros del camino, aparcamos los coches en este y nos acercamos a pie. Aobrecoje el entrar en un lugar asi, un luagr que en su dia estuvo habitado por familias, con su escuela, su iglesia, sus corrales... Buimanci se encuentra en un "aceptable" estado de conservación, por describirlo de alguna manera. Si accedeis a la iglesia o a alguna de sus casas, recordad que estas poblaciones están abandonadas, pero tienen sus propietarios, aparte de esto tened en cuenta que lo que el año pasado estaba perfecto y aguantaba a una persona, este año puede ocasionar un disgusto, sed prudentes, son casas de vigas de madera muy antiguas y no conservadas, los niños por supuesto vetados.
Buimanco se encuentra en un cerrete despoblado de árboles que es un auténtico nido de aguilas sobre el valle, merece la pena recrearse en el paisaje.
Seguimos nuestra excursión por la pista, la cual ya empieza a complicarse un poquillo, no por los desniveles, si no por que las regueras del agua y la falta de mantenimiento hacen que de vez en cuando tenhamos que parar casi por completo y pasar despacito despacito, yo no llevo un todoterreno y he pasado infinidad de veces por allí, sólo es cuestión de observar bien el camino.
Tras una curva cerrada y llena de árboles, nos topamos de repente y sin previo aviso con Valdemoro de San Pedro, este pueblo, en peor estado de conservación que el anterior, esta literalmente "colgado" en la ladera de la montaña, haciendo su visita un poco más incómoda que Buimanco,
En lo alto del pueblo, en lo que parece ser que era la zona de labores comunes todavía se pueden encontrar los restos de máquinas de hacer tejas, de "aventar" el grano, etc etc.
Os recomiendo un calzado duro, tipo bota de trecking, para hacer esta visita.
Continuamos nuestra ruta, por una pista un poquito mas estrecha y con la vegetación rozándonos todos lo sbajos del coche para empezar a bajar al fondo del valle. Tras pasar un cortafuegos que atraviesa el camino observaremos que empezamos a descender y descender hasta que lleguemos a un cruce, paramos y observamos que si cojemos el desvio de la izquierda llegamos a otro pueblo que lo divisamos en la ladera del valle, ese pueblo es ARMEJUN, el cual para mi tiene una connotación especial.
Hace ya varios años se creó la Asociación de Amigos de Armejun (AAA) compuesta por los hijos y herederos de aquellas gentes que lo habitaron, con el único propósito de intentar recuperarlo. Hasta ahora el trabajo que se ha realizado es bien palpable, Se recuperaron ñas antiguas escualas como refugio libre (por favor si lo usais ser respetuosos) se habilito la planta de arriba de estas, que en su dia fue el ayuntamiento, como sede de la asociación, se está recuperando en este momento la iglesia y a la entrada del pueblo hay una zona que por alli llamamos "los asadores" en la que hay una fuente de manantial, unas barbacoas acindicionadas y una piscina, si lo habeis leido bien una piscinilla que se llena con el agua del manantial mediante un curioso sistema de canales y sifones.
Por todas partes hay letreros que os invitarán a disfrutar de todo ello, incluso teneis atado con una cuerda una jarra para poder beber. Daros cuenta que desde que iniciamos el viaje, desde que tomamos la pista en Taniñe, hemos recorrido 38 kilómetros, tened esto en cuenta para el regreso. podemos usar el refugio para pasar la noche, incluso tiene una chimenea en su interior, ya que por alli las noches son... vamos a decir "fresquitas"
Es un lugar perfecto para ir en plena berrea de los ciervos, en septiembre, es un auténtico espectaculo.
Con suerte oireis "ladrar" a los corzos (hacen un ruido similar al ladrido de uun perro) o cruzaros con alguna labalina y sus rayones, u observar los brincos que dan los zorros por las ladera, o tambien el vuelo de alguna que otra aguila culebrera. La noche en Armejun es mágica, su obscuridad es absoluta y los ruidos de los animales que lo habitan te dejan alucinado. No se vé nada en kilómetros a la redonda, ni una luz, ni un sólo pueblo, no hay cobertura de móviles, no hay luz eléctrica, no hay agua corriente (excepto la del manantial), no hay prisa por hacer nada, te sientes bien.......
La pista que nos llevó hasta allí, aunque la veamos que empieza a mejorar no nos lleva a ninguna parte, ni nos saca del valle, simplemente muere a los pocos kilómetros. Si nos regresamos al cruce podemos seguri la pista hacia a bajo en busca de otro pueblo, pero ya si que os recomiendo que lleveis algo más duro que un vehiculo normal,
Si es así podreis llegar a Villarijo, este despoblado era ya de una notable importancia a juzgar por la cantidad de casas y el tamaño de estas, si aparcamos nuestro vehículo a la entrada del pueblo (no se puede seguir) y atravesamos este por su calle principal, tomaremos una senda que discurre a la izquierda del rio y nos llevará a las ruinas de un trujal, o lo que es lo mismo un molino de aceite abandonado, este molino es el único que se conoce en toda la comarca.
Muy cerca de alli, podremos enconrtarnos con un manantial de agua ferruginosa, lo encontraremos sobre todo si tenemos el olfato fino, ya que el olor que sale de allí es espantoso, pero os aseguro que yo he bebido de esa cristalina agua y su sabor no tiene nada que ver con su olor, es símplemente agua con unas cantidades de hierro increibles.
Llega la hora de darnos la vuelta, no hay otro camino para ello que el que nos traho hasta aqui, asi que paciencia, prudencia y a recorrerse los cuarentaitantos kilómetros que no hicimos para venir.
En fin, esta es una de las rutas que podemos hacer por la zona, hay muchas más, pero poquito a poco, que luego me llamais plasta.
Un saludo "pa tos"
Quiero centrarme en una zona concreta, Las Tierras Altas Sorianas.
Es esta zona, ya sea por su aislamiento histórico o por la dureza de su clima en invierno, una de las más despobladas de España.
Voy a describiros una ruta, la cual no aconsejo para que os lanceis a ella con vuestros elementos de acampada, ya que posiblemente volvieseis sin ellos.
Una vez pasado Soria, es mi caso pues llego desde Madrid, enfilamos la carretera que nos lleva hacia Logroño, a los pocos kilómetros, nos encontramos con un pueblo que se llama Garray, una vez en este cojeremos un desvio que sale a la derecha en direccion al puerto de Oncala-Arnedo.
El puerto de Oncala no es duro en lo que a sus cuestas se refiere, pero si es uno de los primeros puertos que todos los años cierra por la nieve u obligan a usar cadenas. Empezamos a adivinar, por el paisaje que vamos viendo que la ausencia de masas de arboles y la escasez de cultivo nos delata que nos encontramos en un lugar frio y azotado por el aire, incluso en pleno mes de Julio he sido testigo de algún que otro grado bajo cero.
Una vez que llegamos a la cima del puerto y a los pocos kilómetros hay un desvio a la derecha que nos lleva hacia la población que dá nombre al puerto, Oncala, escondidito en una poza del valle y al abrigo de los vientos sorianos.
Seguimos la carretera, y llegamos a la par que el rio a San Pedro Manrique, localidad famosa por que la noche de San Juan, sus habitantes tienen la costumbre de "pisar la brasa" lo he visto en alguna que orta ocasion y la verdad... por mucho que te digan que si pisas fuerte y rápido no te quemas... en fin, que pruebe el que quiera.
San Pedro Manrique fue en la década de los sesenta uno de los pocos pueblos de la comarca que aguanto la despoblación masiva que hubo en la zona. Tiene un castillo ya en ruinas y alguna que orta iglesia de cierta importancia. Debemos aprovechar allí para reponer combustible, comida, agua etc, pues la ruta que os voy a describir no admite el olvido, sobre todo de combustible, si repostais allí, dais recuerdos de mi parte a "el mudo", dueño de la única gasolinera, alcalde, propietario de la grua, hace el pan..... en fin.
La carretera que atraviesa el pueblo empieza a ascender suavemente en dirección a Yanguas, precioso pueblo este pero no llegaremos hasta él.
A los pocos kilómetros de salir de San pedro Manrique, nos encontraremos una aldeilla que se llama "Taniñe", se accede a ella por una carreterilla local aún asfaltada y en cuyo cruce veremos un cartel de la diputación describiendonos la zona.
Cojemos esta carreterilla local que sale a la derecha y segun subimos la cuesta al tomar la curva que nos dirige en direccion a Taniñe, veremos una pista forestal que sale de nuevo a la derecha y que empieza a recorrer la ladera del valle en continua ascensión, suavecita pero constante, recordar que esto ya es una pista forestal, y aunque su estado por aqui es muy bueno... las autos podrian empezar a quejarse de desajustes.
Según vamos llegando a coronar el paso que une los dos valles, nos encontraremos una verja metálica que está para que no se salga el ganado, volverla a cerrar cuando paseis, y si os la encontrais abierta, por favo cerradla. Esta verja nos da acceso a un nuevo valle, este ya es mucho más grande, cubierto de una enorme masa forestal (pino repoblado) y es aqui cuando empieza la verdadera magia de esta ruta.
Todo lo que empezamos a ver desde ahora es inmenso, despoblado y salvaje, la pista forestal empieza a bajar buscando el abrigo de la falda de la montaña, es muy posible que se os cruce algún corzo o ciervo durante el trayecto, ¡¡ Precaución !!! os garantizo que estos bichos no entienden de prioridades de paso. Tras varios kilómetros de serpenteante pista nos encontraremos el primero de los pueblos abandonados del camino BUIMANCO,
No es posible el acceso con el coche, pero al estar a escasos cincuenta metros del camino, aparcamos los coches en este y nos acercamos a pie. Aobrecoje el entrar en un lugar asi, un luagr que en su dia estuvo habitado por familias, con su escuela, su iglesia, sus corrales... Buimanci se encuentra en un "aceptable" estado de conservación, por describirlo de alguna manera. Si accedeis a la iglesia o a alguna de sus casas, recordad que estas poblaciones están abandonadas, pero tienen sus propietarios, aparte de esto tened en cuenta que lo que el año pasado estaba perfecto y aguantaba a una persona, este año puede ocasionar un disgusto, sed prudentes, son casas de vigas de madera muy antiguas y no conservadas, los niños por supuesto vetados.
Buimanco se encuentra en un cerrete despoblado de árboles que es un auténtico nido de aguilas sobre el valle, merece la pena recrearse en el paisaje.
Seguimos nuestra excursión por la pista, la cual ya empieza a complicarse un poquillo, no por los desniveles, si no por que las regueras del agua y la falta de mantenimiento hacen que de vez en cuando tenhamos que parar casi por completo y pasar despacito despacito, yo no llevo un todoterreno y he pasado infinidad de veces por allí, sólo es cuestión de observar bien el camino.
Tras una curva cerrada y llena de árboles, nos topamos de repente y sin previo aviso con Valdemoro de San Pedro, este pueblo, en peor estado de conservación que el anterior, esta literalmente "colgado" en la ladera de la montaña, haciendo su visita un poco más incómoda que Buimanco,
En lo alto del pueblo, en lo que parece ser que era la zona de labores comunes todavía se pueden encontrar los restos de máquinas de hacer tejas, de "aventar" el grano, etc etc.
Os recomiendo un calzado duro, tipo bota de trecking, para hacer esta visita.
Continuamos nuestra ruta, por una pista un poquito mas estrecha y con la vegetación rozándonos todos lo sbajos del coche para empezar a bajar al fondo del valle. Tras pasar un cortafuegos que atraviesa el camino observaremos que empezamos a descender y descender hasta que lleguemos a un cruce, paramos y observamos que si cojemos el desvio de la izquierda llegamos a otro pueblo que lo divisamos en la ladera del valle, ese pueblo es ARMEJUN, el cual para mi tiene una connotación especial.
Hace ya varios años se creó la Asociación de Amigos de Armejun (AAA) compuesta por los hijos y herederos de aquellas gentes que lo habitaron, con el único propósito de intentar recuperarlo. Hasta ahora el trabajo que se ha realizado es bien palpable, Se recuperaron ñas antiguas escualas como refugio libre (por favor si lo usais ser respetuosos) se habilito la planta de arriba de estas, que en su dia fue el ayuntamiento, como sede de la asociación, se está recuperando en este momento la iglesia y a la entrada del pueblo hay una zona que por alli llamamos "los asadores" en la que hay una fuente de manantial, unas barbacoas acindicionadas y una piscina, si lo habeis leido bien una piscinilla que se llena con el agua del manantial mediante un curioso sistema de canales y sifones.
Por todas partes hay letreros que os invitarán a disfrutar de todo ello, incluso teneis atado con una cuerda una jarra para poder beber. Daros cuenta que desde que iniciamos el viaje, desde que tomamos la pista en Taniñe, hemos recorrido 38 kilómetros, tened esto en cuenta para el regreso. podemos usar el refugio para pasar la noche, incluso tiene una chimenea en su interior, ya que por alli las noches son... vamos a decir "fresquitas"
Es un lugar perfecto para ir en plena berrea de los ciervos, en septiembre, es un auténtico espectaculo.
Con suerte oireis "ladrar" a los corzos (hacen un ruido similar al ladrido de uun perro) o cruzaros con alguna labalina y sus rayones, u observar los brincos que dan los zorros por las ladera, o tambien el vuelo de alguna que otra aguila culebrera. La noche en Armejun es mágica, su obscuridad es absoluta y los ruidos de los animales que lo habitan te dejan alucinado. No se vé nada en kilómetros a la redonda, ni una luz, ni un sólo pueblo, no hay cobertura de móviles, no hay luz eléctrica, no hay agua corriente (excepto la del manantial), no hay prisa por hacer nada, te sientes bien.......
La pista que nos llevó hasta allí, aunque la veamos que empieza a mejorar no nos lleva a ninguna parte, ni nos saca del valle, simplemente muere a los pocos kilómetros. Si nos regresamos al cruce podemos seguri la pista hacia a bajo en busca de otro pueblo, pero ya si que os recomiendo que lleveis algo más duro que un vehiculo normal,
Si es así podreis llegar a Villarijo, este despoblado era ya de una notable importancia a juzgar por la cantidad de casas y el tamaño de estas, si aparcamos nuestro vehículo a la entrada del pueblo (no se puede seguir) y atravesamos este por su calle principal, tomaremos una senda que discurre a la izquierda del rio y nos llevará a las ruinas de un trujal, o lo que es lo mismo un molino de aceite abandonado, este molino es el único que se conoce en toda la comarca.
Muy cerca de alli, podremos enconrtarnos con un manantial de agua ferruginosa, lo encontraremos sobre todo si tenemos el olfato fino, ya que el olor que sale de allí es espantoso, pero os aseguro que yo he bebido de esa cristalina agua y su sabor no tiene nada que ver con su olor, es símplemente agua con unas cantidades de hierro increibles.
Llega la hora de darnos la vuelta, no hay otro camino para ello que el que nos traho hasta aqui, asi que paciencia, prudencia y a recorrerse los cuarentaitantos kilómetros que no hicimos para venir.
En fin, esta es una de las rutas que podemos hacer por la zona, hay muchas más, pero poquito a poco, que luego me llamais plasta.
Un saludo "pa tos"
