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Croacia, el mundo Esmeralda

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Dia 12

Después de estar esperando casi todo el verano, con un billete abierto para el barco, nos entregan la nueva autocaravana. Solventamos los temas aduaneros y arancelarios y, una calurosa tarde de agosto, nos dirigimos a la Agencia de Viajes para cerrar el billete. Primer berrinche: nos dicen que no hay billetes a Málaga para embarcar vehículos hasta el mes de septiembre. Solución: embarcar hacia Almería pagando la diferencia para un billete de clase preferente.



Untitled Document Nosotros teníamos un billete que se llama “paquete viaje”: compras 4 billetes (aunque utilices dos) y el del vehículo, y sale a un precio mucho menos elevado. El camarote tiene dos literas y un baño, todo de dudosa limpieza, con unos olorcitos la mar de agradables. Contando con que no embarque un equipo de fútbol o baloncesto, niños que van de campamento o soldados, descanso nocturno garantizado: no pegas ojo en toda la noche aunque protestes a los camareros o a los guardias de seguridad.

En resumidas cuentas, pagamos la diferencia para poder irnos. La clase preferente en teoría está insonorizada por un acristalamiento (que no vale para nada), el suelo tiene moqueta, TV (generalmente no funciona), dos camitas y te ponen en el baño dos sobrecitos de gel y una botellita de 200 cl de agua. Un poco más de 50 € sobre el otro billete.

                Embarcamos a las 14 h, y una maravillosa sorpresa al hacerlo y sacar la tarjeta de embarque: la agencia nos dio un billete que no correspondía al vehículo, pues este tiene más metros, más caballaje o simplemente las ruedas pueden ser más anchas. Al final pagamos 300 € más por el ida y vuelta ¡Menudo puazo! Empezábamos bien. Llegamos a Almería a las 8 de la tarde con un levantito medianamente regular. Enrique duerme toda la travesía porque se toma una biodramina. Yo me paso el viaje tratando de contener las náuseas, cosa que nunca me ha pasado en barco.

  Podríamos habernos quedado a pernoctar en el puerto, pero  preferimos cortar camino para el día siguiente. Dormimos en un camping cercano a Adra entre invernaderos, “Las Vegas”, en la salida 351 de Almería a Málaga, muy agradable tipo andaluz, cuajadito de flores. Tomamos unas tapas de patatas bravas de lujo, las tapas y el camping 17€.

Día 13

Salimos sobre las 9 después de desayunar en el camping hacia Granada por Motril donde paraos en un súper a comprar suministro ya que en Melilla por la entrega de la AC no nos dio tiempo. Dejamos las Alpujarras a la derecha y comimos en Bailén, en un Mesón que hay dentro del pueblo sobre las 7 llegamos a Burgos y dormimos en el camping Río Vera 13€.

Día 14

Pasamos la frontera por Irún ya que queríamos estar el domingo en el Perigord para ir a algún video granero que nos coja de paso, para ampliar la colección de radios de Enrique. Llevaba preparando una ruta que había confeccionado con un envío de la oficina de Turismo de la Dordoña. Pasado Mte. Marsan un poco antes de llegar a Estigarde, en un área de acampada en el pueblecito de Creon  Dármagnan preparado para este uso, con todas las comodidades excepto luz. Paseamos por el pueblecito realmente agradable y después de ducharnos, cenamos al aire libre con un maravilloso olor a hierba y una preciosa luna.

Día 15

Nos levantamos tempranito y estuvimos en Tremolat, Ladonin y Salignac. Bergerac estaba en fiestas y paseamos por el casco antiguo que ya conocíamos de otras veces. Enrique  no encontró ninguna radio pero compré una antiquísima máquina de coser manual, que adornará la casa de mi hija. Dormimos en un camping a la ferme cerca de Bergerac 10€ servicios asquerosos y un montón de extraños bichos.

Día 16

                Salimos hacia Brive la Gallarde, pueblo medieval en el que habíamos estado 3 ó 4 veces pero nos gusta a los dos y paseamos contemplando sus edificaciones. Descubrimos uno de los extraños bichos de la noche anterior y acudimos a un súper para comprar spray contra las cucarachas. La AC nueva con cucarachas, no lo podía soportar. Fue una odisea explicar que queríamos un spray para cucarachas, pues desconocíamos la traducción, después de gesticular imitando todos los insectos habidos y por haber. Una cliente nos lo encontró y gastamos todo el tarro.

                Continuamos hacia Aurillac, por la región de Auvernia. Pueblo en fiestas. Enrique participó con los autóctonos en un campeonato de petanca. Canciones, bailes y por la noche fuegos artificiales. Aunque llovía sin parar los lugareños encendieron sus fuegos.

Nos alojamos en el camping  “Le Carlade” municipal, magnifico, pero en el cauce de un río, rodeado de montañas y sin parar de llover. Además, en recepción había en un tablón las medidas de urgencia para desalojar el camping en caso de inundación. Horrible tormenta que duró toda la noche. Enrique durmiendo placidamente y yo mirando por la ventana para ver si el río crecía o no. A los campistas de tienda los desalojaron. Con mi temor al agua fue una experiencia horrorosa. (15€ más la luz).

Día 17

Salimos en dirección de Valence pero la lluvia era torrencial. Esa región es muy montañosa y la carretera con bastantes curvas. Encontramos varios brocantes en los que Enrique paró ¡su colección! Y en uno que se anunciaba en un camino de tierra en el culo del mundo, encontró dos radios que no tenía. Ante su interés el brocante le cobra 130€ pero muy contento continúa  conduciendo con unas tormentas infernales, una detrás de otra. A las cuatro de la tarde decidimos refugiarnos en algún sitio. Elegimos un pueblecito en lo alto de una montaña llamado San Hypolite; En la plaza de una iglesia, al lado de un cementerio. No había un alma, el paisaje precioso a lo lejos, varios Puys. Nos ponemos a leer y luego a ver una película de DVD. Afortunadamente ahora tenemos placa solar y no había problemas de batería. La noche volvió a ser terrible. Unos relámpago que parecían romper el cielo en trozos luminosos, pero estaba tan cansada que me dormí hasta las ocho de la mañana.

Día 18

Valence hacia Turín.

Niños, varias AC italianas y nos pegamos a ellas. Efectivamente nos condujeron a la frontera de Italia por el túnel del Frejus como nos aconsejaron los foreros. Nos costó 37,80€. Me parece una pasada. Continuamos detrás de los italianos que al final pasaron y nos dijeron que fuéramos por otro sitio pues ellos no iban a Turín, sino a Roma. Continúa la lluvia y Enrique va de mal humor. Buscamos el camping que recordamos estaba en una colina, lloviendo y desorientados. Le preguntamos a un señor  y nos dijo que muy cerca había una plaza habilitada para AC con agua, pero no nos gustó el ambiente, mucha gente rara y muy desprotegido, ni una AC, de todas formas llenamos el depósito en la fuente que había y se acercó un marroquí a llenar varias garrafas. Enrique dio las buenas noches en árabe y se enrollaron. Su mujer e hijos bajaron del coche y nos saludamos. Eran de Dar Beida (Casablanca) y nos dijeron que nuestra apreciación era cierta, que no nos quedáramos allí que era un lugar inseguro por los robos y que en general en Turín y Milán no nos confiáramos mucho. Nos regalaron dos barras de pan “hecho en casa”. Encantadores. La esposa me comentó que le costaba mucho adaptarse, pero que sus hijos eran italianos y no querían saber nada de Marruecos. Nos despedimos de gente tan encantadora y nos dirigimos hacia el camping donde habíamos estado un par de veces, enclavado en una zona residencial que se llama “La Gran Madre” rodeado de murallas. Enfilamos el camino. Llegamos a lo alto y como había varias desviaciones. Nos metemos por una equivocada. Seguía lloviendo y una noche oscurísima, había que dar la vuelta sin sitio para maniobras. Conseguimos dar la vuelta y bajar. Nos encontramos una pareja a la que damos el alto y pedimos información. Nos hemos pasado, es una callejuela lateral ¡Nueva maniobra! A Enrique le corrían los chorros de sudor y a mí me temblaban manos y piernas ¡Lo conseguimos! La pareja va delante con su vehículo y se meten en un impresionante chalet y nos dicen que continuemos recto. Continuamos recto y nos encontramos con una indicación que dice 2,50 de Ancho 2,50 de Alto. Enrique se echa a temblar. No podemos ir hacia atrás y delante es más ancha de 2,50 por el toldo. No nos queda otra solución, vamos hacia delante y yo diciéndole: “no te preocupes, que si se araña o se hacen bollos, gracias a Dios tenemos para arreglarla, lo importante domos nosotros y no un vehículo... vamos poquito a poco. Tardamos algo así como mil horas y pasaos a un milímetro, mejor a una micra de las paredes ¡¡¡éxito total!!! Ni un solo arañazo. Desembocamos en el llano de una avenida que se nos antojó los campos elíseos y sin un arañazo. Enrique que es un devoto y fiel creyente me dice algo que me hace alucinar en colores: “Nena (así me llama en la intimidad) yo creo que San Cristóbal iba empujando las paredes a medida que pasábamos porque no puedo creer que lo hayamos hecho. Con una nueva alegría aparcamos en una calle entre vehículos en batería. Cenamos frugalmente y nos acostamos. Enrique dándole gracias a Dios y yo, a nuestra buena suerte.

Día 19

                Al despertarnos, por fin con un sol radiante, vemos que cerca hay una placita con una iglesia, una fuente y pescadores que vana un río que está frente a nosotros. Mucha gente llena de agua garrafas. Hacemos lo propio. La Plaza y la Iglesia se llaman Ntra. Sra. del Pilon. Pudimos tirar las aguas grises en una alcantarilla y emprendemos la ruta después de pensar en ir a la Iglesia de la Sindone, pero en otra ocasión anterior tuvimos la suerte de ver la auténtica, la original, la de verdad, así que no merecía la pena.

                Decidimos ver el Lago de Como que no lo conocíamos y por carreteritas vecinales, como siempre hacemos, paseamos por la campiña del Piamonte. En Como dimos una vueltecita y terminamos comiendo en el puerto. Le dimos a las palomas, patos y pájaros todo el pan que teníamos. Para resaltar, los simpáticos gorrioncillos que les robaban el pan a las palomas colándose entre sus patas. Delante de nosotros había una AC checa haciendo todo lo que no debe hacer un campista: las zapatillas de todos en medio de la acera impidiendo el paso a los viandantes; música a toda pastilla, y las cáscaras de melón salían por la ventanilla. La gente que pasaba protestaba y decidimos  irnos, no sin antes hacer una fotos en las que se veía Suiza a lo lejos. El tiempo se puso tonto otra vez. Camino de Vicenza encontramos otro anticuario, un personaje singular con kandora moruna que nos elogió sus dotes de poeta.

Día 20

                Llegamos a Vicenza y visitamos el teatro olímpico que combina la antigüedad teatral y los tiempos modernos, que nos fascinó: ¡Qué forma de combinar pintura y escultura! Y al entrar parecía algo cutrecillo, pero nos encantó. Vimos la pinacoteca de la ciudad, con interesantes pinturas venecianas, pero los ventanales estaban abiertos y la lluvia salpicaba algunos cuadros. Escribimos una protesta a la Comuna de Vicenza. Arrecia la lluvia y llegamos a Padova. Nos quedamos en el aparcamiento cercano a la Basílica y nos advierte un francés que la noche anterior robaron varias bicis a AC cortando con una cizalla. Como estaba muy concurrido nos quedamos a dormir allí (16 €). Dimos un gran paseo.

Día 21

                Visitamos la Basílica y me entero que en Italia no es San Antonio, al santo que se le pide novio, sino el que encuentra las cosas perdidas. Me desanima ver el comercio, no puedo más que pensar en los mercaderes  del templo y alucino cuando veo un cartel en el que se “subastan misas”. Continuamos hacia Verona, aparcamos cerca del centro en un Parking que según el vigilante se permite pernoctar. Vamos andando al Centro a ver la casa de Romero y Julieta. Nos encanta, la gente joven dándose piquitos y mirándose a los ojos. Tenemos una foto hace años  en que yo estoy en el balcón y Enrique pretende subir. La hizo mi hija en nuestras bodas de plata, que se apuntó al viaje. En el Coliseum (Arena) hay un evento en el que se rueda una película o una ópera. No nos dejan entrar porque hay que ir vestidos de gala, y la verdad es que con las bermudas de algodón, camisetas y zapatillas de cáñamo, desentonamos un poco. Nos sentamos a tomar una cerveza y una coca y nos cobran 18 € ¡Un completo latrocinio! Buscamos pizza al taglio pero no encontramos.  Volvemos a pasar por la Via Capelo 23, que sigue abarrotada de jóvenes enamorados y vamos hasta el Ponte  di pedra para ver el río al atardecer y regresamos paseando por la más bonita plaza de Verona, la Piazza delle Erbe, donde siguen los chiringuitos para comprar los turistas. La Torre Lamberti, cerrada ya y la Plaza de los Señores. Regresamos al aparcamiento y Enrique se enrolla con una familia romana que nos habla de la emigración italiana y  de la subida de precios con el euro, de los robos, muy simpáticos. Nos acostamos muy cansados y a las 6 de la mañana llaman a la puerta. Hay  que desalojar el aparcamiento, según dicen, para una exposición de maquinaria. Todas las AC salen con sus ocupantes casi en boas, por el calor, hacia donde se pueden. Terminamos en una calle donde volvemos a dormir hasta las 9. hay una pastelería y desayunamos unos riquísimos y carísimos pasteles.

Domingo 22

                Hacia Venecia en contra de la oposición de Enrique, pues en una ocasión anterior tuvimos un problema en un vaporetto y dice que roban de forma autorizada. Llegamos al aparcamiento de Tronchetto. Nos encontramos a Broker que es forero y tiene una agencia de seguros para AC pero antes fuimos despacito por el Canal de Brenta admirando las Villas Palatinas. Encontramos un rastrillo y decidimos mirar por si había radios. Haberlas habíalas pero el dueño del primer puesto no estaba y cuando volvimos después de comer estaba echando la siesta en un colchón en el suelo. Su hijo nos dijo que esperásemos a que se despertara para saber los precios. Obviamente nos marchamos. Comimos cerca del mercadillo en un restaurante encantador con unas pizzas increíbles y un buffet de ensaladas más increíble aún por 28€ más delicioso postre y café.

En Venecia decidimos ir a Murano que no habíamos ido nunca. 12€ ida y vuelta. Nos decepcionó. Compré un collar para Macarena 12€. El resto mucho más caro que en Verona o Vicenza. Regresamos hasta el Puente Rialto y de allí dimos un paseito por la Plaza de San Marcos, luego en Vaporetto por el Gran Canal. De todas formas era la cuarta vez que estábamos en Venecia. Yo me hubiera quedado un par de días, pero a Enrique Italia por diversos factores le da grima.

Parking 21€ y fracción 16€.  Total 37€.

Día 23

                Despacito. Parando aquí y allí llegamos a Eslovenia. Gasoil más barato pero no cambiamos porque el euro lo aceptan en todos sitios. Día feo y desapacible. Llegamos al camping temprano para utilizar la lavadora y hacer un poco de limpieza. Terminamos pronto y aprovechamos  para dar un paseo viendo la flora: especies que no he visto nunca. Cojo algunas hojitas y las seco en libros para ya en casa investigar. La piscina está a tope, pero yo tengo frío. Recojo muchas bayas silvestres, moras de zarza gordísimas, frambuesas y otras que son comestibles. Me las comí después de cenar dándome un atracón. Enrique me regaña porque ya una vez tuve un envenenamiento  que me llevó al hospital con mi manía de tocar todos los arbolitos y plantas que no conozco. Camping 24€.

Martes 24

                Me levanto temprano y recojo musgo para el Belén. Grandes planchas de musgo verde y seco que en Melilla por su clima no conseguiré en Navidad. Lo guardo bien guardadito con sales antihumedad. Nos vamos a visitar las cuevas (15.40€ el billete de entrada, el parking 3€. Impresionante su tamaño, las formaciones geológicas no lo son tanto, pero resulta grandioso. Los de atrás se ríen porque agacho la cabeza en el tunelillo. Me impresiona ver los pobres animalillos de la época prehistórica que los tienen en un terrario. Al salir vemos unas tiendas de souvenir con unas piedras semipreciosas increíbles: amatistas, lapislázuli, malakita,... en pendientes, colgantes, collares, de 7un gusto exquisito. Enrique quiere comprarme algo, pero a mí las joyas, en general, me parecen un modo estúpido de gastar el dinero y además me resultan incómodas. Me satisface más una talla de madera o una pinturilla aunque sea mala que la puedo contemplar a diario. Hay geodas y fósiles, pero en Marruecos son mucho más bonitos y más baratos. Después vamos al castillo de lo vemos a lo lejos, pues mi colon está dándome la lata. Comemos en una preciosa pradera con un sol radiante rodeados de girasoles y hierba y por la tarde ¡por fin! Nuestra meta: Croacia. Después de 13 días de camino habíamos llegado. Vemos por vez primera la península de Istria desde una montaña. No me parece nada espectacular y vamos por una autovía que nos  lleva directamente a Pula (Pola) pasando por un peaje en el que nos roban 37 Kc. , Antes habíamos cambiado en un banco, pues en carretera 100€ =700kc en el banco 100 €=720kc. Llegamos al aparcamiento cerca del coliseo. Hay varias AC y decidimos quedarnos allí. Nos cobran 34kc hay agua y para vaciar aguas negaras y grises. Rápidamente damos una vuelta alrededor del coliseo y nos damos cuenta que se ve lo mismo desde arriba que pagando la entrada. Obviamente no entramos. Lo construyó Vespasiano en el siglo I, construido con piedra blanca de Istria. No tiene gradas pero lo estás reconstruyendo. Visitamos el centro contemplando el arco de lo Sergios. Los restos del teatro romano, la puerta de Hércules, el Foro y teatro romano, la catedral quedo maravillada por las conchas que llevan vendedores ambulantes, preciosas y rarísimas, y en un tenderete le compro a Macarena un collar de madreperlas. Ya de noche paseamos por las callejuelas y compramos pizza al taglio 1kc el trozo. Volvemos muy cansados, y al llegar vemos a dos chorizos que pretendían abrir una autocaravana de San Sebastián que estaba un poco escondida a nuestro lado. Enrique que es muy chulito agarró a uno y yo llamé la atención de la gente. Al final salieron corriendo. Cuando llegaron los de Donosita nos dieron las gracias y su tarjeta. Se lo habían comentado unos italianos. Me da miedo que Enrique sea tan “echado para adelante” porque no se acuerda que no es un niño. En varias ocasiones se ha enfrentado con chorizos más jóvenes y más fuertes y por ahora siempre ha salido invicto, pero un día termina en la UVI.

Miércoles 25

Pula- Opatija-Zadar

Llegamos a Opatija a la que se le llamó la Niza Austriaca. Vemos la Villa Angiolina que está dentro de un parque. Vamos bajando muy despacio viendo los pueblecitos y enamorándome del color del mar. Ese mar verde esmeralda, limpio, donde se ve el fondo. Lo comparo con mi mediterráneo. Comemos en un pequeño restaurante una especie de Gulach, ensalada y un postre de manzana. Al no tener traducción la carta, le señalo al camarero lo que comían los de la mesa de al lado. Un matrimonio mayor que nos sonríe. Al llegar a Iadar aparcamos en el centro de un parking cerca del puerto donde había una o dos AC alemana. El parking cercano al centro histórico. Vamos andando, vemos la catedral y el nuevo seminario y la Iglesia de San Crisogono. Al parecer están restaurándolo todo y caminamos entre andamios. Nos acercamos a los puestos de la plaza y compro un collar para Macarena. Caminando por la calle principal ¡Abarrotada! No sé si por ser domingo o porque es costumbre pasear por esa zona. Comemos unas pizzas al taglio y entramos en unos edificios antiguos donde en el interior hay un mercado de antigüedades. Muchos objetos de iglesia y realmente antiguos. Veo 4 ó 5 radios y por señas pregunto el precio, al final termino con una tarjeta en la mano poniendo una gran interrogación con un € muy grande y por aquí empieza el regateo escrito. Al parecer llama varias veces al propietario diciéndole nuestra oferta, móvil en mano seguimos. Enrique no está excesivamente interesado porque dice que son radios muy corrientes y los precios de países industrializados. Al final por 50€ no llegamos a un acuerdo. Bajamos hacia unas fosas donde el mar penetra hasta las murallas. Dormimos en el parking con una placidez absoluta.

Jueves 26

Nos dirigimos al puerto a desayunar. Multitud de gaviotas y unos yates que los de Puerto Banús parecen barquitos de pesca. Nos dirigimos  por la costa hacia Sibenik viendo las islas Rnati que forman parte del archipiélago de Zadar. Llegamos a Sibenik y nos sorprenden la cantidad de callejuelas en el barrio marinero que bajan y suben por la colina. Vemos la Catedral de San Jacov y múltiples edificios de estilo veneciano. Luego del paseo marítimo donde habíamos aparcado vamos al parque KRka y a Skadiski buk y vemos la cascada y nos internamos a pie por el bosque escuchando el rumor de los arroyos y de las cascadas. Después de recorres 10 km. Llegamos a Visovackojezena, lago con una isla en el centro con un convento que hay en Visovac. Hay una fabulosa biblioteca de incunables y un original de las Fábulas de Esopo. No nos dejan pasar. Continuamos hacia Knin a los pies de los Alpes Dinaricos. Vemos casas incendiadas, pueblos abandonados y carteles que según nos explican avisan de peligros de minas. Esta región, al parecer, fue muy castigada por la guerra. Subimos a Purinosten  -por su famoso vino- que es una península pequeñita con un paisaje realmente bucólico. Antes de llegar a Troguin entramos en el camping Sereck (128 Kunas), muy bien cuidado, con un pequeño embarcadero y farolas, iluminando la orilla del mar. Se nos despierta la vena romántica y paseamos por la orilla, viendo a muchos ancianos pescando con una especie de chambel, nos saludamos y todos sonreímos.

Viernes 27

Llegamos a Trogir que me parece precioso, realmente bonito. La catedral tiene una historia extraordinaria. Hay muchas figuras desde Adán y Eva hasta la Crucifixión de Cristo. La historia narrada en piedra con animales reales e imaginarios.

Comprendo por qué es patrimonio de la humanidad. Rodeada de murallas por una ribera marítima. Vimos varios niños que sobre una caja de cartón apilaban varias conchas con sus precios. Les compramos algunas que eran conchas de las que se encuentran en cualquier lugar, pero no sabíamos exactamente si era necesidad material o juego infantil. De cualquier manera las dos ideas eran para nosotros lo suficientemente importantes.

Fuera del recinto de la ciudad había un mercado de productos artesanales y manutención. Compramos licor de marrasca, el famoso licor que envasado se exporta a todo el mundo. Yo que soy totalmente astemia sólo con el olor creo que agarré un colocón . Compramos saquitos de lavanda perfumada de la isla de Hyatt. Me sorprendieron los higos de color amarillo, de la misma textura y tamaño de los que compramos en Marruecos y que tanto me gustan. Pero el sabor, ¡Ni parecido! Me sigo quedando con los de Tres Forcas o Chafarinas. En cambio, las sandías le hacían la competencia con mucho a las marroquíes de El Jadida. Me quedo con estas de Dalmacia, a partir de probar su sabor el resto del viaje, donde vi que vendían bien en trozos o en piezas. Me ponía “guarrita”. En mi vida he ingerido tanta. Compramos unos escarpines para Enrique, pues yo tenía unos que me había comprado en Melilla, pero no había de varón y aprovechamos para Enrique: cientos de modelos, colores y baratísimos. Comprendo que vendan por todos sitios por las piedras que tiene el agua en toda la costa ¡aún no he visto arena! Pero el Adriático  tiene ese color esmeralda que el Mare Nostrum, será muy Nostrum pero tan contaminado que mirar esta agua esmeralda eleva el espíritu y permanecerá en mi retina para siempre.

Continuamos hacia Split (Spalato). Caminamos por el Palacio de Diocleciano. Creo que no nos quedó un rincón sin ver. Me asombraron las construcciones de familias y locales comerciales edificados dentro, aprovechando muros, ventanas, etc. Era algo irreal, diferente. Donde estaba el centro hay un palacio gótico a un lado y al otro lado uno renacentista. Arcos tapiados de la residencia imperial, la catedral que era mausoleo de Dicleciano, al lado de un campanario románico a los pies de la torre una esfigie egipcia de granito negro, un edificio pequeño de estilo corintio que había sido templo pagano dedicado a Júpiter. Se accede por cuatro puertas: oro, plata, hierro y bronce ¡Qué me gustó! Hasta ahora lo que más.       

Seguimos camino hacia las ruinas de Salona a las afueras de Split. Después del Palacio de Diocleciano me decepcionaron, aunque ahora siento no haber profundizado en la visita.

Podríamos haber ido a las Islas de Solta, Brae e Hvar. ¡Mi horrible terror a embarcarme! En todo el viaje y las maravillosas islas no vimos ni una sola ¡lo de Enrique hacia mí se llama amor! ¡y a él le encanta el mar! Siendo un pescador excelente.

Nos dirigimos a Ploce. Enrique quería echar un vistazo porque, según me contó, sirvió de campamento a las tropas de la ONU y allí llegaba la ayuda humanitaria. No me gustó nada, era triste y gris.

En una carreterilla vecinal encontramos muchos puestos de fruta. Paramos a comprar sandía y había un matrimonio de nuestra edad. Dormían en el coche aparcado detrás del puesto. Allí lavaban la ropa y cocinaban ¡guerra asquerosa, espantosa y horrible! La señora simpatiquísima me enseña licores que por señas y verbalmente me dice que mejor que el Viagra. Le hace tomar a Enrique un “culín” porque pretendía que bebiera un vaso y Enrique, que tampoco bebe, me decía que se mareaba solo de olerlo. Yo mojé los labios y lo probé. No sabía a bebida alcohólica sino a un dulcecito muy rico. Le hice entender por señas que a Enrique, aún siendo “abuelete”, no le hacía falta Viagra, que yo daba fe. Nos reímos un montón pero le compramos varias botellas de diversos colores ¡No seáis mal pensados que eran para regalar a los amiguetes! Le pregunto si puedo hacerle un regalo, vista su necesidad y para no ofender, y varias camisetas que iban sin estrenar, un pijama de Enrique, colonia, jabón y té marroquí. Fueron a su puesto. Toda agradecida nos regaló una cantidad de uvas tremendas. Un día tan intenso que estábamos destrozados y no encontramos sitio porque la carretera se estrecha con cortados al mar. Encontramos un cartel de camping y un camino sin asfaltar nos conduce a una casa donde en el huertecillo hay varias caravanas y un par de tiendas. Me bajo a negociar y hay un montón de gente “dándole a la priva”. Al ver que somos españoles nos tararean a grito el “Que viva España” de Manolo Escobar: ver para creer. Nos dormimos casi sin cenar de lo cansados que estábamos, una pena porque habría sido una buena ocasión para integrarnos en el grupo que celebraba lo que fuera y algo hubiéramos aprendido.

Sábado 28

                El camping nos cuesta 28 kunas y nos ofrecen higos amarillos. No queda rastro de la fiesta de la noche anterior. Llegamos a Dubronik precioso paisaje. Vamos dirección centro, pero se prohíbe aparcar en todos los lugares, aparte, tampoco había sitio (los coches como piojos en costura). Nos dirigimos al camping. Nos instalamos cerca de las instalaciones y bajamos al centro en autobús. Atravesamos e puente levadizo y nos encontramos ¡por fin! En el destino del viaje. Atravesamos la Puerta Pile, Plaza de las Hierbas, Palacio Sponza, Catedral, Ayuntamiento, Palacio de los Regidores. Nos dirigimos a recorrer calles y monumentos de la parte derecha. Comemos en un restaurante un menú turístico fantástico. Todo exquisitamente servido, cocina croata y la ubicación perfecta, pues hace un calor asfixiante y en la terraza en una escalinata estamos la mar de fresquitos. Nos encontramos un montón de españoles, pues van en un crucero. Seguimos sin problema idiomático. Afortunadamente las telenovelas sudamericanas subtituladas en croata hacen maravillas con nuestra lengua. Siempre lo hablan las féminas.

                Después de comer visitamos la parte izquierda, la más angosta, escalera arriba y abajo. Miles de restaurante llenos. Hemos tenido suerte y sólo nos ha costado 205 kunas. Llegamos hasta el cementerio y volvemos a subir y bajar por las calles empinadísimas y cientos de escaleras. Esta parte es menos monumental. Vamos a descansar un poquito al puertecito donde hay puestos de artesanía. Curiosamente no hay nada enfocado al mar, solo mantelerías y bordados tipo húngaro con unos colores estridentes. Encuentro una chiquita que vende unas acuarelas preciosas, independientemente de su calidad artística. Las telenovelas me salvan. Las pinta su madre y ella está estudiando matemáticas, pero como es fiesta, pues le ayuda. Compro dos.

                Continuamos caminando rodeando las murallas, la fascinación del mar esmeralda. Pero Dubronik, monumento de la Humanidad, famoso artísticamente en el mundo entero, no llega a mi corazón de la misma manera que lo hizo Split.

                Al pasar una callecita, emito un grito y me subo a una silla de una cafetería llena de clientes. Había aparecido una inmensa rata que iba y venía a sus anchas. Muchas de las sentadas me imitan. Varios jóvenes la acorralan, pero escapa por un agujero.

                Cogemos un autobús para ver el resto de la ciudad y pedimos al conductor que nos aviste en el grup de la parte moderna. El autobús recorre todo Dubronick y en nuestra opinión la mitad de la costa de Dalmacia cuando para el conductor, nos mira y se excusa ¿lo olvidó! Nos lleva del brazo a otro autobús y comienza a hablar con el conductor. Éste al final, después de otros tropecientos mil kilómetros nos deja en el grup. Para el autobús, deja el asiento de conductor y nos acompaña a la puerta saludándonos amablemente.

                Visistamos el puerto y cogemos folletos para distintas direcciones. Nos adentramos en un super y compramos mojama y huevas secas a muy buen precio. Se hace la hora de regresar al camping y nos situamos en la parada. Al preguntarle a una chica que por supuesto habla el español de las telenovelas, nos informa que hay que tener billete y ya han cerrado donde lo venden. Pero no importa, ella tiene varios y nos los vende. ¡desolación! No tenemos dinero en kunas para pagárselo. Al final a la chica le da pena y nos dice que nos invita. Nos da un apuro horrible porque no se la ve como para ir regalando billetes a turistas despistados y encima no llevo nada que le pueda regalar. Al fin me quito el pasador del pelo y se lo doy ¡menos mal que lo coge! Llegamos al camping y nos dedicamos un poco a limpiar.

Día 29

                Vamos de Dubronick a Mostar. Hacemos un poco de cola en la frontera y no sorprenden en el camino  las casas destruidas y los desastres de la guerra. Al llegar a Mostar encontramos un autobús del Ejército Español con varios legionarios de Ceuta. Hablamos un rato con ellos y nos orientan de lo que debemos ver. Estamos delante del gran edificio que habíamos visto tantas veces en la Tv donde se ubicaban los francotiradores. Vamos hacia el nuevo puente que está situado en un marco paisajístico precioso. A lo lejos la mezquita soberbia y observo que los monumentos religiosos musulmanes están más cuidados que los cristianos aún a pesar de la inmensa cruz ubicada en lo alto. Estos musulmanes son muy diferentes a los nuestros, casi todos de origen turco. El árabe de Enrique no hay quien lo entienda y, aunque en las tiendas los objetos son exactamente iguales pero diferentes, un profano no lo distinguiría; pero hay pequeños detalles que los diferencian de los del Magreb. Comemos un kebab bastante asquerosillo en un restaurante de “ mogollón turístico” donde son muy amables y nos cambian euros en la moneda autóctona.

Compro una preciosa pulsera que hacía una chica de plastilina tratada y alambre con trozos de cristal para Macarena. Pago casi 4.000 pts de las de antes al cambio, pero el trabajo lo merece. Seguimos paseando y entramos en un cementerio musulmán en plena calle. Me sorprende que esté adornado con flores. No suele ser una costumbre islámica, pero sí que estén en el centro de las poblaciones sin amurallar si quiera. En lugar de salir por el mismo sitio vamos por una carretera con sembrados de trigo y cebada ¡Por estas fechas en España estaría ya recolectado! Atravesamos la frontera dirección Split hacia Plitrice Jezera, por unas carreteras espantosas de montaña muy mal asfaltadas. Llegamos por la noche, lloviendo y con bastante frío. Nos alojamos en el camping Solitude (129 kunas).

Lunes 30

 Amanece un día horroroso, lloviendo y nos acercamos al aparcamiento. Recorremos parte del parque; vemos lagos y cascadas, vamos a los lagos inferiores andando desde la entrada, pero caía el agua como si nos fuéramos a ahogar y decidimos darnos la vuelta. En otra ocasión lo recorreríamos entero y con tranquilidad. Me fastidió bastante porque yo esperaba ver todo lo que había visto en fotos, pero sé que volveré.

Continuamos hasta Zagreb donde habíamos estado el año anterior con Yayo y Macarena. Decidimos continuar a Liublijana yendo al camping Jessica que ya conocíamos. El tiempo aclara un poco y hago la colada y unos holandeses nos tocan en la puerta para que quitemos la radio. Enrique escuchaba a Pavarotti a unos decibelios , pero al parecer les molestaban para leer porque no se concentraban. 7 de la tarde y lloviendo y a mí me molestó bastante por la prepotencia, pero Enrique quitó la música. Yo no la hubiera quitado.

Martes día 31

Bajamos en autobús al centro. Un día gris y nublado, en el autobús 6 ida y vuelta 1 €. Nos facilitan unas fichas de plástico en la recepción del camping. Vamos a diversas floristerías para comprar el ramo de novia de Macarena. Me había pedido que se lo comprara de flores secas silvestres. Dando vueltas y vueltas al final lo compro a una viejecita en la calle por un precio ridículo. También compro varios portavelas, ceniceros de cristal de Maribor, donde habíamos pasado el día anterior a mirar y buscar fábricas o tiendas. O bien no había nada abierto al público, o por la lluvia todo estaba cerrado. Se pone a llover de manera dilúvica. Regresamos al camping y del trayecto del autobús hasta donde estaba la Autocaravana nos ponemos para agarrar una neumonía a pesar de ir superprotegidos: chubasqueros, paraguas... Comemos en el restaurante un menú que como es habitual en mí le señalo al camarero de una mesa cercana. En la mesa de al lado hay un señor mayor español que nos cuenta que viene a Eslovenia a comprar billetes, pues es coleccionista, y lo hace por todo el mundo. Me enseña los que ha comprado hoy. Viaja en avión y luego alquila bungalow en los camping. No nos quedan monedas para pagar la comida. No aceptan visa y tenemos que cambiar un billete de 50€.

Nos vamos dirección Austria. Enrique se niega a regresar por Italia y ante el mal tiempo ya casi en la frontera dormimos en el camping Kamne (2.560 lipas). Hace un frio de muerte y llueve torrencialmente. La gente pasa en short y manga corta. Nosotros la calefacción a tope y no nos movemos. Relamente el paisaje es precioso y el camping también. Las instalaciones tipo alpino de madera y todo con unas extrañas y maravillosas flores.

Miércoles 1

Atravesamos Austria. El bajarse en una gasolinera Enrique pierde su carnet internacional de conducir. Allí compramos unos panecillos que hacían en un horno unas chicas ,de fábula. Regresamos y nos entregan el carnet ¡menudo descanso! Total 30 km de regreso (60 kms ida y vuelta). Pagamos un peaje de un puente y nos reímos porque la señora le preguntaba cuanto pesaba la autocaravana, según el peso así se pagaba total que como Enrique no la entendía se agarra los senos empieza a moverlos arriba y abajo, muy seria, Enrique le enseña la documentación del coche y así pudo ver el peso, pero la risa nos duró hasta Salzburgo, aquí hemos estado 3 ó 4 veces y aunque a mí es una ciudad que me encanta, con sus vaquitas de colores por la calle... Contiuamos camino y comemos en el Lago Costanza, con sol espléndido, rodeados de cisnes y patos. Rodeamos el lago dirección Suidau, pero nos quedamos en un camping rural “Somenbuckl” en la localidad de Allgän. Nos cuesta 15,50€ en lo alto de una colina. El encargado habla español y nos indica una tienda para el día siguiente donde venden butano. Solo hay otros campistas alemanes muy mayores. Realmente deliciosa la noche, luna llena, vaquitas, campos verdes por todos sitios, precioso, las instalaciones fantásticas: padel, piscina ¡hasta una pequeña capilla! Molesto porque hay que bajar y subir mucho.

Jueves día 2

                Llegamos al pueblo y buscamos la tienda. Es el típico pueblo bávaro. Muchas flores, unas casitas preciosas y gente amable, pero nos cobran 15€ por el gas. Nosotros que nos dejamos la botella comparada en Marruecos nos avergonzamos. Nos dan una botella con precinto envuelta en un precioso papel, toda pintadita ¡sólo le faltaba un lazo de regalo! Pero 2.500 pts., me parece un latrocinio. Había una oferta de líquido para las aguas negras y Enrique compra dos botellas de dos litros y medio cada una por 12,50€. Nos compensa de la clavada del butano. Al llegar a Lindau me niego a coger el trabordador ¡lo mío y el agua no tiene nombre! Así que nos dirigimos a Suiza por el otro lado del lago y ¡por ya que estamos aquí! Nos vamos a ver las Cataratas del Rhin. En el camino compro calabazas de colores y sigue sorprendiéndome el civismo de los suizos: tienen el precio y una caja para depositar el dinero, sin persona alguna. Para mi es una obsesión adornar mi cocina con esas calabazas, pues hay en Francia, Alemania, Holanda, Bélgica y en Viveros de Málaga a unos precios prohibitivos pero me duran para todo el año y mi office está siempre precioso.

Llegamos al gran aparcamiento del Reinfall y entramos sin que nos cobren nada. Realmente es una preciosidad. Un paisaje alucinante, realmente soberbio. Entramos en una cueva donde casi puedes tocar el agua y se me dispara la ansiedad, pero consigo hacer dos fotos. Estamos mucho rato contemplando la belleza y, al atardecer, se han ido todas las AC pero un suizo al que Enrique ayuda a arreglar la ventanilla de una AC que habla español le dice que no hay problemas si pernoctamos allí porque aunque está prohibido, hacen la vista gorda.

Viernes 3 de septiembre

Nos levantamos y me doy cuenta que hay un pequeño cementerio. Entro y es una preciosidad. Las tumbas adornadas con objetos, bolas, enanitos, figuras; cuidadísimo y con multitud de flores. Sí que eso es habitual y corriente, siempre visito los cementerios, se suele aprender mucho de la gente del país, pero no llego a enterarme si es de animales o de personas, pero era realmente bonito, más allá un campo de flores con los precios y la taquilla para depositar el dinero. Me llevo más de una hora contemplando los gladiolos, narcisos, margaritas, flor de papel,... Enrique que sabe que me gusta tanto me compra un impresionante ramo que colgué en la ducha y llegaron secos a Melilla y hoy adornan un jarrón de mi casa.

3 de septiembre

                Vuelta hacia Alemania bordeando el lago Costanza y al final legamos a Triberg, el pueblo de los relojes de cuco. Paseamos por las tiendas que tienen precio de escándalo, pero compro dos pantaloncitos bávaros para Alejandro y Pablo, mis  ahijados. Me compro un imán de reloj de cuco para la nevera ¡El presupuesto no da para más! Antes de llegar a Triberg me paré en una tienda del camino y compré una imagen de madera policromada para la hornacina de Macarena, total 420€ que la vendedora nos hizo el honor del dejárnosla en 400€, pero sé que para su casa nueva le haría una ilusión terrible ¡ Siempre admira las vírgenes que compré en Chequia y Hungría! Y después de todo me alegré porque en Triberg valían tres veces más. Más tarde nos fuimos a Titisee que estaba a rebosar de turistas, ciento, miles de AC. Como en el lago y Freiburg habíamos estado varias veces, pensamos dormir en Francia. Lo hacemos en el camping Seiqueria (8€ + 2€ de la ducha caliente) cerca de BesanÇon. Antes de salir de Alemania paramos en un super y compro latas de salchichas de las muy gordas para Kiko. Aprovisionamos el frigo y compro también guindas en almíbar para Yayo.

Sábado 4

Llegamos a Lyon. Yo quería ir primero hacia St. Etienne, pero Enrique elige la peor ruta hasta Fleur, pero yo sé por qué. En esa horrorosa ruta de carretera hay numerosos brocantes y espera encontrar alguna radio para su colección ¡lo olvidé! En la Selva Negra un sitio de guarrería regentado por un alemán que vendía vinagre y vino , allí compró una radio y un tocadiscos, por eso hacia Fleur por la montaña fue sin protestar a pesar de que el camino era horrible y lo sabía porque habíamos ido por allí 3 ó 4 veces. Pagamos 1,40€ de peaje pues están restaurando la carretera por tramos. Llegamos al camping municipal cerrado. Nos abre un chaval con su tarjeta y nos cuenta que es la fiesta del pueblo. Nos da tiempo de ir y ver los fuegos artificiales pero se acaba. Los franceses les dan el “chimpón” a las fiestas cuando se acuestan las gallinas. Camping 9€.

Domingo 5

¡Gran día! Vamos al Perigord, la tierra de las radios. Salimos a la autorruta (de las poquísimas veces que lo hemos hecho en Francia) para llegar pronto. Vamos a Sarlat la Caneda y nos encontramos sin gasoil. Las gasolineras todas cerradas excepto una de un hiper donde se paga con tarjeta introduciéndola en el surtidor. ¡Menudo problema! Al fin llega un chico de unos 30 años. Le explico el problema y accede a darnos 50€ y nos llena el depósito o casi con su tarjeta. Le regalo un pillacorbata de Melilla (objetos que llevo para ocasiones). Corremos por el Perigord a Bergerac (el videgranier) era por la mañana. Pero lo intentamos en Montpansier. Llegamos cuando están recogiendo, ni una radio, pero yo compro una preciosa cajita de Limoges por 2€ ¡pobre Enrique! Con lo que a él le gusta. Montpansier preciosa ciudad medieval aunque lo conocíamos. Continuamos hacia Agen pero el camping municipal lo han cerrado porque se había establecido una comunidad gitana entera y no dejaban sitio a los campistas. Ya lo habíamos observado el año anterior. Llegamos a Villeneuve sur Lot y quedamos en el camping municipal con una guardesa que fue una pesadilla cuando puse la lavadora. Me quitó el dinero de la mano para introducirlo ella, contándome no sé qué historia. Fui a tender y me contó que era viuda y su vida completa y que así no se colgaba la ropa, total que la colgó a su manera, y así hasta pedirme la basura porque el camión pasaba a no sé que hora.

Enrique casi de noche ayuda a un vejete que tiene lucha feroz con la batería de la AC. Al final consigue arreglarlo y el vejete nos invita a una copa de Pernod.

Lunes 6

                Hacia Andorra cojo membrillos que hay en árboles del campo. Me encantan crudos. Paramos en un CASA y compro unas preciosas mariposas de cristal para adornar las macetas y alguna otra chuchería. Pasamos por el túnel nuevo (11 €) que nos ahorra muchos virajes y dormimos en el camping Valira, lleno a reventar, pero Enrique conoce muchos años al dueño y nos arregla un sitio al lado de la piscina.

Martes 7

                Compras en Andorra. Enrique se cansa porque iba de paquetes hasta la bandera. Vi los siete enanitos de Blancanieves realizando su oficio y los compré. Los taxis no entraban hasta el Centro Comercial y ante el volumen y no el peso, Enrique no vio un bordillo y se cayó. Yo pasé un rato malísimo, pero no le ocurrió nada. Compró una alarma volumétrica para el Galloper y yo objetos de camping y playa para Yayo y Kiko. Comimos al lado del río en un restaurante por la noche con unos gitanos simpatiquísimos.

 

Miércoles 8

                Andorra - Zaragoza donde comimos y visitamos El Pilar. Llegamos por la noche a Madrid al camping Osuna.

 

Jueves, Viernes y Sábado 9 - 10 y 11 para solucionar problemas personales

 

Día 12 Madrid - Santuario Virgen de la Cabeza (Jaén)

                Subimos al Cerro del Cabezo, años que no lo hacíamos y rezamos ante la morena aceituna. La carretera la han arreglado y hay muchas indicaciones sobre no correr para no atropellar a linces ibéricos. Me emocioné, pues mis hijos han pasado por el manto de la Morena Aceituna igual que mi padre hizo conmigo siendo muy pequeña y aun recuerdo el vestido que llevaba. Dormimos en el Brillante (Córdoba) 24,80€

Día 13 Córdoba - Sevilla Camping 15,80€

Día 14

Revisión AC. Para mí que no hacen absolutamente nada, solo ponernos una luz más en el cabecero que cobran casi 50€. Por la noche hacia Málaga para ir al camping Militar de Nuestra Señora de Luján que está cerrado por reforma, dormimos en Torre del Mar.

Día 15   

                Compra de plantas para mi terraza, también en el  Macro todo lo que no hay en Melilla. Dormimos en Manilva camping la Casita porque íbamos a Chullera y estaba lleno. Nos dimos la vuelta a Manilva (20€) Camping de pijos y de guiris también pijos.

Día 16

                Embarcamos por Algeciras (107€ la AC y 18,50€ por persona). Vamos a Ceuta a la Blanca Paloma (Tetuán) y de ahí a Arcila. Dormimos en las murallas,cenamos, aunque en lugar de hacerlo en Casa Paco lo hacemos en el restaurante francés que hay un poco más arriba. También un poco más caro, pero no mucho. El servicio exquisito y la cocina excelente. Enrique fritura de pescado y yo un centollito y mousse au chocolat.

Día 17

Compramos algo así como 15 centollos por 4€. También damos una vuelta por el Centro y compro un pequeño cuadro al oleo de nuestro antiguo conocido Icran. Continuamos hacia Souk el Arbaa para coger la carretera de Sidi Kacen. Antes compro fresas y los famosos melones de Larache. También huevas de pescad secas en la zona industrial. Enrique no se para en las ruinas de Lixus porque dice que luego me cabreo al ver lo mal que cuidan su patrimonio cultural. En Sidi Kacen paramos para que yo entre en el morabo. Rezo la Fatiha que es la 1ª aleya de la 1ª sura del Corán que la tradición popular dice que abre el conocimiento. Recorremos la región sagrada del Zeroum dejando a la derecha el lugar santo de Mulay Idriss. Dormimos en Fes en el Camping Diamante Verde.

Día 18

                Fes por Sidi Haracem donde nos aprovisionamos de agua en el manantial del erudito santo al que temen los jenous y por la región de Tazzeka pasamos por la puerta del Azahar hacia Taza donde comemos en el Friouato, después Ouercif y por la nueva carretera de Taourit a Melilla.

FIN DEL PERIPLO MELILLA-DUBRONIK-MELILLA AÑO 2.OOO Viaje de Los abueletes         Piki y Enrique Sierra

 

 

 
 
amae extraña bastante que en el relato del Mundo esmeralda donde pone autor pone Webmaster y como bien sabes somos los abueletes los que te lo remitimos espero subsanes el error Piki Y Enrique
 
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