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Con el agua pegada a las ruedas

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Momentos de tensión y angustia se han sucedido en muchos municipios de la provincia de Palencia desde que el domingo comenzaron a producirse los primeros desbordamientos de los ríos. No escapó a estas desagradables sensaciones Ana Vázquez, propietaria del cámping El Soto de Saldaña, cuyas instalaciones se encuentran próximas al río Carrión y a un arroyo que discurre por la localidad, por lo que resultaron levemente afectadas por la crecida de los cauces. «Nos avisaron de que iban a desembalsar agua del pantano, y aunque se lo comunicamos a los propietarios de las caravanas depositadas en el cámping, no nos dio tiempo a informarles de la situación con tiempo para que pudiesen retirar los vehículos», explicaba ayer la dueña de las instalaciones, un poco más aliviada tras el descenso del caudal.
«Llevo cuatro años en el cámping y en este tiempo he vivido otra riada, pero no tan dura como ésta», destacaba Ana Vázquez, quien aseguraba ayer que aunque el agua alcanzó los 50 centímetros en algunos puntos de la zona de acampada, el bar y los aseos no se habían visto afectados por las inundaciones. «Sólo temimos por ocho caravanas que se encuentran en una zona más baja, pero afortunadamente no pasó nada, ya que teníamos 40 vehículos en depósito», insiste la propietaria del cámping, quien recuerda cómo la madrugada del domingo al lunes la pasó prácticamente en vilo. «Vivo cerca del cámping, así que estuve toda la noche pendiente. La pasada noche -por la madrugada del martes- descansé un poco más porque había descendido considerablemente el nivel del agua», señalaba la empresaria.
Los propietarios de todas las caravanas estaban al tanto del desbordamiento del Carrión a su paso por Saldaña, por lo que algunos no dudaron en desplazarse ayer hasta la zona de acampada para comprobar el estado en el que se encontraban sus vehículos.
«Hemos vivido estos días muy preocupados porque ya se sabe cómo es el agua, nunca se conoce a ciencia cierta hasta dónde va a llegar y los problemas que puede ocasionar un río cuando se desborda», recordaba Ana Vázquez, quien aseguraba ayer que con la vuelta a la normalidad respiraban más aliviados. «Me asusté mucho cuando vi que el caudal del agua bajaba tan alto, pero poco a poco me voy calmando», finaliza la propietaria del cámping, quien agradece que los daños que han sufrido no hayan sido muy abultados.

publicado en: El Norte de Castilla: Diario de Castilla y León. Noticias, Ocio, Participación
 
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