Cocodrilo feliz
hablador
Ya me he quejado más de una vez de que algunas acampadas del calendario oficial de la Federación de Clubes Campistas, están perdiendo el espíritu que las anima, ante un deseo legítimo por parte de los organizadores de cubrirse de posibles quiebras económicas en caso de que las expectativas de asistencia no sean las deseadas. Esta manera de protegerse ha evolucionado hacia un cada vez menos ético sistema de procurarse unos ingresos extraordinarios para las arcas del club anfitrión.
Acaba de celebrarse con enorme éxito de concurrencia de familias de media España, una acampada en Sarria, organizada por un matrimonio de campistas, sin mayores coberturas de las instituciones oficiales que su voluntad y su trabajo extra de acercarse a ellas y pedir un respaldo, seguro que modesto y no cifrable en dinero, sino en precios y posiblemente medios de transporte para las excursiones. Ningún club, por lo tanto; sólo un medio como es una “web”, en este caso la “webcampista”.
Estamos a punto de que 15 días más tarde un club campista federado lleve a cabo la Xuntanza do Campismo Galego. En lo que tengo de experiencia como directivo que he sido y participante en bastantes de estas acampadas, los dirigentes de los clubes federados acuden a las instituciones y obtienen determinadas ayudas económicas, que se supone que van encaminadas a que todos los campistas federados que acudamos a estas convocatorias, “nos” beneficiemos en algo, pues las instituciones “ayudan” a que con sus subvenciones podamos ser más los que nos animemos a asistir y conocer esa provincia o ese municipio. Pero por los precios que nos señalan, debe de ser que no, que no es ese el objeto de la petición de las subvenciones, pues comparando costes de la realizada en Sarria y la Xuntanza que se avecina, las cuentas no cuadran para nada.
Si calculamos una asistencia de dos personas por instalación, participando en todos los actos y excursiones programadas en Sarria, el coste final es de 81,15 €. Y esto incluye parcela para la caravana y aparcamiento de coche, fluido eléctrico (15 Amp), excursión en el catamarán por el Cañón del Sil, visita al monasterio de Samos un día, y visita al de los Escolapios y a la torre en Monforte otro día. Y al menos dos comidas.
Y esto lo han llevado a cabo un matrimonio y ha salido redondo, según se puede leer en el foro de la “webcampista”.
La Xuntanza, a dos personas, le costará 100 €. Así, redondeados para evitar céntimos que son un engorro. Las excursiones que puedan presentarse a pagarlas aparte. Supongo que habrá un par de comidas… y supongo que en alguna de ellas iremos con el condumio y ofrecerán pan y vino.
¿Cómo se explica esto? ¿En nombre de quién y para qué se piden las subvenciones a las instituciones provinciales y locales? ¿Nos beneficiamos de ellas los que acudimos o se benefician los anfitriones?
No me cabe duda de que lo realizado por el matrimonio que forman Xoxero y Moucha tendría que poner colorado a más de un dirigente de club federado. Y lo grave es que llueve sobre mojado, y si los clubes federados no cambian de estrategia, y siguen pretendiendo que es legítimo “cubrirse” olvidando la mínima ética exigible, y que los campistas federados no somos la coartada para “ganar” dinero en las acampadas, se van a quedar solos. Es el ejemplo paradigmático de cómo, el egoísmo de algunos dirigentes de clubes, cede terreno ante la iniciativa de los particulares, que sin alardes y sin otro respaldo que un foro campista, ponen en cuestión al asociacionismo.
Ya sé que un grano no hace granero… pero conmigo que no cuenten; porque esa estrategia será buena para la economía del club anfitrión, pero es desastrosa para el asociacionismo. Me iré a un camping del norte de Portugal, me costará unos 60 € la estancia de 3 días, y sin mayores esfuerzos esperamos zamparnos un par de comidas (mariscadas) servidas por camareros, con mantel de tela (nada de papel ni chiringuitos) y servilletas, buen vino, postre y café. Tirando por lo mucho, haré el puente “Das Letras Gallegas” por 100 €. Y sin que me tenga que preocupar de buscar subvenciones.
Cordiales saludos.-
Acaba de celebrarse con enorme éxito de concurrencia de familias de media España, una acampada en Sarria, organizada por un matrimonio de campistas, sin mayores coberturas de las instituciones oficiales que su voluntad y su trabajo extra de acercarse a ellas y pedir un respaldo, seguro que modesto y no cifrable en dinero, sino en precios y posiblemente medios de transporte para las excursiones. Ningún club, por lo tanto; sólo un medio como es una “web”, en este caso la “webcampista”.
Estamos a punto de que 15 días más tarde un club campista federado lleve a cabo la Xuntanza do Campismo Galego. En lo que tengo de experiencia como directivo que he sido y participante en bastantes de estas acampadas, los dirigentes de los clubes federados acuden a las instituciones y obtienen determinadas ayudas económicas, que se supone que van encaminadas a que todos los campistas federados que acudamos a estas convocatorias, “nos” beneficiemos en algo, pues las instituciones “ayudan” a que con sus subvenciones podamos ser más los que nos animemos a asistir y conocer esa provincia o ese municipio. Pero por los precios que nos señalan, debe de ser que no, que no es ese el objeto de la petición de las subvenciones, pues comparando costes de la realizada en Sarria y la Xuntanza que se avecina, las cuentas no cuadran para nada.
Si calculamos una asistencia de dos personas por instalación, participando en todos los actos y excursiones programadas en Sarria, el coste final es de 81,15 €. Y esto incluye parcela para la caravana y aparcamiento de coche, fluido eléctrico (15 Amp), excursión en el catamarán por el Cañón del Sil, visita al monasterio de Samos un día, y visita al de los Escolapios y a la torre en Monforte otro día. Y al menos dos comidas.
Y esto lo han llevado a cabo un matrimonio y ha salido redondo, según se puede leer en el foro de la “webcampista”.
La Xuntanza, a dos personas, le costará 100 €. Así, redondeados para evitar céntimos que son un engorro. Las excursiones que puedan presentarse a pagarlas aparte. Supongo que habrá un par de comidas… y supongo que en alguna de ellas iremos con el condumio y ofrecerán pan y vino.
¿Cómo se explica esto? ¿En nombre de quién y para qué se piden las subvenciones a las instituciones provinciales y locales? ¿Nos beneficiamos de ellas los que acudimos o se benefician los anfitriones?
No me cabe duda de que lo realizado por el matrimonio que forman Xoxero y Moucha tendría que poner colorado a más de un dirigente de club federado. Y lo grave es que llueve sobre mojado, y si los clubes federados no cambian de estrategia, y siguen pretendiendo que es legítimo “cubrirse” olvidando la mínima ética exigible, y que los campistas federados no somos la coartada para “ganar” dinero en las acampadas, se van a quedar solos. Es el ejemplo paradigmático de cómo, el egoísmo de algunos dirigentes de clubes, cede terreno ante la iniciativa de los particulares, que sin alardes y sin otro respaldo que un foro campista, ponen en cuestión al asociacionismo.
Ya sé que un grano no hace granero… pero conmigo que no cuenten; porque esa estrategia será buena para la economía del club anfitrión, pero es desastrosa para el asociacionismo. Me iré a un camping del norte de Portugal, me costará unos 60 € la estancia de 3 días, y sin mayores esfuerzos esperamos zamparnos un par de comidas (mariscadas) servidas por camareros, con mantel de tela (nada de papel ni chiringuitos) y servilletas, buen vino, postre y café. Tirando por lo mucho, haré el puente “Das Letras Gallegas” por 100 €. Y sin que me tenga que preocupar de buscar subvenciones.
Cordiales saludos.-