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Rafael Carballo y su esposa Mari Carmen Calzón, residentes en Gijón, están jubilados y sus hijos hace tiempo que se independizaron. Esto les libera de un gran peso: solo deben mirar por sus propios gastos. Sentados en un banco de la plaza de Europa disfrutan de la apacible mañana. Gozar del aire libre y del calor del sol son unos de los pocos privilegios que no es necesario pagar.
El matrimonio ha notado la «desaceleración». Sus hábitos se han visto modificados, aunque todavía en pequeña medida. Actos tan habituales como salir a tomar un café o a cenar se están convirtiendo en acontecimientos ocasionales y extraordinarios. «Algún café sí se toma», comenta Mari Carmen, pero lo de ir a cenar ya es otra cosa: «Cada vez es más caro y no se puede», dice sonriendo mientras su marido asiente con el rostro serio.
Lo que más les afecta, explican, es el incremento «bestial» de los precios de los bienes de primera necesidad. Rafael y Mari Carmen han visto cómo el dinero destinado a la compra del mes ahora sólo llega para realizar la de una semana. Un gasto tan excesivo que, a este ritmo, no hay bolsillo que lo resista.
Respecto a las posibles soluciones a la desaceleración (término que les desagrada, porque «esa palabra es un engaño, hay que llamar a las cosas por su nombre: crisis» ), Rafael se muestra claro y contundente: «La solución radica en quitarles el dinero a los políticos, porque ellos no lo sufren por tener tanto».
Sin embargo, la pareja ha optado por tomarse con humor la situación y ha decidido aprovechar, antes de la llegada de las vacas flacas, para planear sus vacaciones. El plan del matrimonio es viajar en su autocaravana sin un rumbo fijo. Y, a pesar de que el precio del combustible ha alcanzado este año su precio máximo, la pareja ha decidido no pensar en ello hasta que sus reservas se hayan agotado. «De momento tenemos algunos ahorros, en el momento en que sea necesario tiraremos de ahí». Hasta entonces, hay que aprovechar: «Si nos quedamos sin combustible en Luarca, allí nos quedamos», explica Mari Carmen entre risas.
Para afrontar la crisis, la pareja se va a centrar en el control del gasto alimentario y, tras sus vacaciones, también van a intentar reducir el gasto de carburante disminuyendo el uso de su vehículo.
fuente y foto: El Comercio. Diario de Asturias, noticias de actualidad de Gijón y de Asturias
El matrimonio ha notado la «desaceleración». Sus hábitos se han visto modificados, aunque todavía en pequeña medida. Actos tan habituales como salir a tomar un café o a cenar se están convirtiendo en acontecimientos ocasionales y extraordinarios. «Algún café sí se toma», comenta Mari Carmen, pero lo de ir a cenar ya es otra cosa: «Cada vez es más caro y no se puede», dice sonriendo mientras su marido asiente con el rostro serio.
Lo que más les afecta, explican, es el incremento «bestial» de los precios de los bienes de primera necesidad. Rafael y Mari Carmen han visto cómo el dinero destinado a la compra del mes ahora sólo llega para realizar la de una semana. Un gasto tan excesivo que, a este ritmo, no hay bolsillo que lo resista.
Respecto a las posibles soluciones a la desaceleración (término que les desagrada, porque «esa palabra es un engaño, hay que llamar a las cosas por su nombre: crisis» ), Rafael se muestra claro y contundente: «La solución radica en quitarles el dinero a los políticos, porque ellos no lo sufren por tener tanto».
Sin embargo, la pareja ha optado por tomarse con humor la situación y ha decidido aprovechar, antes de la llegada de las vacas flacas, para planear sus vacaciones. El plan del matrimonio es viajar en su autocaravana sin un rumbo fijo. Y, a pesar de que el precio del combustible ha alcanzado este año su precio máximo, la pareja ha decidido no pensar en ello hasta que sus reservas se hayan agotado. «De momento tenemos algunos ahorros, en el momento en que sea necesario tiraremos de ahí». Hasta entonces, hay que aprovechar: «Si nos quedamos sin combustible en Luarca, allí nos quedamos», explica Mari Carmen entre risas.
Para afrontar la crisis, la pareja se va a centrar en el control del gasto alimentario y, tras sus vacaciones, también van a intentar reducir el gasto de carburante disminuyendo el uso de su vehículo.
fuente y foto: El Comercio. Diario de Asturias, noticias de actualidad de Gijón y de Asturias