...no tantas veces como para considerarnos expertos en aquellas tierras.
¡Magnífica foto! Me gustaría tener tu "ojo fotográfico". En menos ya de un mes dormiremos ahí enfrente... imch Allah!
Iré mil veces y nunca me consideraré un experto en Marruecos. Jamás he realizado un viaje en que hubiera podido clavar el recorrido que previamente había planificado en casa.
Visité por primera vez Marruecos en el año 91 y "me enganchó" de tal manera que desde entonces voy una media de tres veces cada año, con la excepción del período del COVID. Tengo allí tres "hermanos"; en casa de uno de ellos, el más íntimo, pasaremos la Nochebuena y en casa de otro el Fin de Año.
Salvo aquel primer viaje, el resto los he hecho en todoterreno, procurando siempre huir de las gandes ciudades. Hablaba con mis vecinos y amigos y les pedía que la ropa y el calzado de sus hijos que fueran a retirar me los dieran a mi; también contactaba con Farmacéuticos Mundi, aprovechando que tenían sede en Valencia, y les hacía llegar la lista de medicamentos que en un viaje anterior me hubieran solicitado en algún centro médico de los perdidos por las aldeas del Atlas, cuando tenía suficiente para llenar al menos dos coches, para allá que nos íbamos. Siempre a lugares donde el turismo no llegaba, sitios como la meseta del Rekam donde los niños echaban a correr, alejándose y gritando despavoridos, abandonando incluso el rebaño de cabras, sí nos parábamos para darles algún juguete, o como las montañas del Alto Atlas coronando puertos por pistas a casi 3.400 metros de altitud, lugares que en invierno se quedaban aislados. Hace ya bastantes años, como consecuencia de un invierno especialmente duro y con nevadas tremendas, murieron gran cantidad de personas, muchos niños, Mohamed VI exigió a su gobierno que aquello nunca más volviera a suceder; gracias a aquella decisión hoy es posible llegar por carretera a lugares antes inaccesibles y la electricidad alimenta hogares donde antes no había luz. En más de una ocasión, ya caída la noche, hemos sido acogidos en casas particulares, sin conocernos de nada y sin aceptar, a la mañana siguiente, nada a cambio.
Un gran país increíblemente seguro y que cada año que pasa, es más fácil recorrer gracias a la conversión en carreteras asfaltadas de lo que antes eran pistas casi impracticables si no se iba con un 4x4 o una moto Trail.