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Miles de familias deciden veranear en la naturaleza en las zonas de recreo de Tenerife
Quienes nunca han probado a irse de acampada piensan que es una incomodidad, justo lo contrario que los campistas incondicionales que repiten año tras año. Dormir a tan sólo 20 metros de la playa mientras escuchas las olas del mar desde la cama, alejarse del bullicio de la ciudad, disfrutar de la familia sin horarios, y como no, ahorrarse un dinero ahora que la crisis aprieta tiene su encanto. Con estas razones, los campistas animan a los indecisos a hacerse con una tienda y a perderse en la naturaleza. Tenerife ofrece una variada oferta de zonas para acampar, cada cual más atractiva. Tan sólo hace falta una caseta y muchas ganas de divertirse para escoger esta alternativa vacacional
En pleno mes de agosto y con la crisis azotando aún más que el calor, son muchos los que deciden agarrar sus bártulos e irse de camping. Con 200 euros y una tienda de campaña se puede pasar un mes de veraneo en primera línea de playa y con todos los lujos de un apartamento.
Estrella Díaz y Santiago Jiménez son todos unos expertos en esto de las acampadas. Llevan toda su vida veraneando con la tienda de campaña a cuestas y aseguran que no lo cambiarían por nada del mundo. Estrella guarda gratos recuerdos de todos los campamentos en los que ha estado y afirma que "es una experiencia que todo el mundo debe vivir". "Mi marido y yo nos enamoramos estando de acampada en la playa de Maspalomas, en Gran Canaria". "El amor nació en plena naturaleza y entre sacos de dormir", cuenta con ternura.
El matrimonio llegó al área de camping de La Punta del Hidalgo, en la costa de La Laguna, el pasado 1 de julio y se quedarán hasta el 15 de septiembre. Para asegurarse su lugar favorito del área tuvieron que pasar toda una noche esperando a las afueras del recinto y hacer una larga cola. "Estamos contando los días que nos quedan, nos da mucha pena irnos", explica el marido, Santiago Jiménez. La pareja indica que, con la crisis, se ha apuntado mucha gente a esta alternativa vacacional y aseguran que la mayoría repite año tras año. "Es una experiencia diferente donde se aprende sobre todo a vivir con los demás y a disfrutar de lo natural", indica Estrella, a al vez que admite que "se ahorra muchísimo". Los campistas se gastarán tan sólo 400 euros durante su estancia. "Son unas vacaciones de lo más rentables y no las cambio por ningún hotel o apartamento", aclara Díaz.
Tenerife cuenta con diferentes zonas de acampada para autocaravanas y áreas de acampada sólo para tiendas. Dos de los lugares de camping para autocaravanas o roulottes más conocidos y frecuentados por los turistas y locales son el situado en Montaña Roja, en el Médano y el de La Punta del Hidalgo.
Queda poco para que acabe el verano y el camping de La Punta está casi al completo. De las 78 parcelas habilitadas para la instalación de las casetas, tan sólo quedan libre cuatro y, según el vigilante de la zona, "este fin de semana colocaremos el lleno absoluto".
El recinto tiene una capacidad aproximada para unas 300 personas que se distribuyen en roulottes, autocaravanas y casetas. El espacio está dividido en pequeños solares individuales cercados por arbustos, lo que confiere una mayor intimidad para los usuarios.
El Ayuntamiento de La Laguna es el encargado de gestionar el área, a través de la Concejalía de Servicios Municipales. Está abierto al público durante todos los fines de semana, puentes y, ya diariamente, en los meses de verano. Los usuarios deben abonar por los servicios de esta zona, un precio público establecido en ordenanza municipal. Entre cuatro o cinco euros al día es lo que está obligado a pagar el campista por plantar su tienda o caravana. El servicio incluye el abastecimiento de agua y luz.
Las tiendas de campaña cada vez se parecen más a un chalet a pie de playa que a una caseta propia de las acampadas. Estrella Díaz presume de tener una de las más modernas y mejor equipadas de todo el espacio. "En 60 metros cuadrados tenemos todos los lujos de una casa y la ventaja de vivir al lado del mar", explica. Pero Estrella recuerda que no siempre ha sido así. En sus primeras acampadas dormía bajo una sombrilla de playa a la que le acoplaba unas toallas a modo de improvisada caseta. "Ahora vivimos con más comodidades pero seguimos conservando el encanto que supone vivir en plena naturaleza", señala.
Los fines de semana el área alcanza su máximo esplendor. Muchos campistas reciben la visita de sus familias y el recinto se convierte en una gran fiesta donde se realzan valores como la familia y la convivencia. "Aquí somos como una gran familia, nos conocemos la gran mayoría y nos ayudamos entre todos", explica Jiménez.
En general, los usuarios aseguran que el camping cuenta con todos los servicios necesarios y las instalaciones están en perfecto estado. Pero otros apuntan que podría incluirse una cafetería o "aunque sea una máquina que suministre café y una lavadora". Algunos de los servicios que ofrece son las duchas, agua, servicios, mesas para comer, aparcamiento y sala de televisión, entre otros.
Remedios Barreto confiesa ser una novata en el tema de las acampadas. Llegó hace más de un mes y pronto tendrá que recoger sus enseres y volver al bullicio de la ciudad. "Es la primera vez que hago esta actividad y repetiremos el próximo verano sin dudarlo", comenta encantada. También, Conchi Casanova cambió este año el veraneo en el apartamento por el de la acampada y se muestra satisfecha. "Con lo que pagamos una semana de apartamento estamos 54 días aquí".
Muchos usuarios deciden no abandonar el recinto, aunque hayan acabado su periodo vacacional y siguen yendo al trabajo desde allí, "vale la pena despertarse en este lugar y saber que por la tarde puedes seguir disfrutando de la playa y la naturaleza", comenta Conchi Casanova.
Los niños son los que más disfrutan de esta forma alternativa de descansar. "Desde por la mañana ya están subidos en sus bicicletas correteando para todos lados", indica Casanova, al tiempo que afirma que "es el mejor lugar para aprender y crecer de forma sana y segura, ya que no hay peligros". Montar en bici, pescar, nadar e incluso leer y escribir. Éstas son algunas de las actividades que han aprendido a realizar los dos nietos de Casanova quien asegura que "aquí somos muy felices".
El camping de La Punta nació entre continuas protestas del sector hotelero, pero consiguió esquivarlas para ofrecer la oportunidad de pasar unas vacaciones alternativas. Tan soló hace falta una caseta, ganas de divertirse y de alejarse del mundanal ruido de la ciudad.
publicado en: http://www.laopinion.es/
Quienes nunca han probado a irse de acampada piensan que es una incomodidad, justo lo contrario que los campistas incondicionales que repiten año tras año. Dormir a tan sólo 20 metros de la playa mientras escuchas las olas del mar desde la cama, alejarse del bullicio de la ciudad, disfrutar de la familia sin horarios, y como no, ahorrarse un dinero ahora que la crisis aprieta tiene su encanto. Con estas razones, los campistas animan a los indecisos a hacerse con una tienda y a perderse en la naturaleza. Tenerife ofrece una variada oferta de zonas para acampar, cada cual más atractiva. Tan sólo hace falta una caseta y muchas ganas de divertirse para escoger esta alternativa vacacional
En pleno mes de agosto y con la crisis azotando aún más que el calor, son muchos los que deciden agarrar sus bártulos e irse de camping. Con 200 euros y una tienda de campaña se puede pasar un mes de veraneo en primera línea de playa y con todos los lujos de un apartamento.
Estrella Díaz y Santiago Jiménez son todos unos expertos en esto de las acampadas. Llevan toda su vida veraneando con la tienda de campaña a cuestas y aseguran que no lo cambiarían por nada del mundo. Estrella guarda gratos recuerdos de todos los campamentos en los que ha estado y afirma que "es una experiencia que todo el mundo debe vivir". "Mi marido y yo nos enamoramos estando de acampada en la playa de Maspalomas, en Gran Canaria". "El amor nació en plena naturaleza y entre sacos de dormir", cuenta con ternura.
El matrimonio llegó al área de camping de La Punta del Hidalgo, en la costa de La Laguna, el pasado 1 de julio y se quedarán hasta el 15 de septiembre. Para asegurarse su lugar favorito del área tuvieron que pasar toda una noche esperando a las afueras del recinto y hacer una larga cola. "Estamos contando los días que nos quedan, nos da mucha pena irnos", explica el marido, Santiago Jiménez. La pareja indica que, con la crisis, se ha apuntado mucha gente a esta alternativa vacacional y aseguran que la mayoría repite año tras año. "Es una experiencia diferente donde se aprende sobre todo a vivir con los demás y a disfrutar de lo natural", indica Estrella, a al vez que admite que "se ahorra muchísimo". Los campistas se gastarán tan sólo 400 euros durante su estancia. "Son unas vacaciones de lo más rentables y no las cambio por ningún hotel o apartamento", aclara Díaz.
Tenerife cuenta con diferentes zonas de acampada para autocaravanas y áreas de acampada sólo para tiendas. Dos de los lugares de camping para autocaravanas o roulottes más conocidos y frecuentados por los turistas y locales son el situado en Montaña Roja, en el Médano y el de La Punta del Hidalgo.
Queda poco para que acabe el verano y el camping de La Punta está casi al completo. De las 78 parcelas habilitadas para la instalación de las casetas, tan sólo quedan libre cuatro y, según el vigilante de la zona, "este fin de semana colocaremos el lleno absoluto".
El recinto tiene una capacidad aproximada para unas 300 personas que se distribuyen en roulottes, autocaravanas y casetas. El espacio está dividido en pequeños solares individuales cercados por arbustos, lo que confiere una mayor intimidad para los usuarios.
El Ayuntamiento de La Laguna es el encargado de gestionar el área, a través de la Concejalía de Servicios Municipales. Está abierto al público durante todos los fines de semana, puentes y, ya diariamente, en los meses de verano. Los usuarios deben abonar por los servicios de esta zona, un precio público establecido en ordenanza municipal. Entre cuatro o cinco euros al día es lo que está obligado a pagar el campista por plantar su tienda o caravana. El servicio incluye el abastecimiento de agua y luz.
Las tiendas de campaña cada vez se parecen más a un chalet a pie de playa que a una caseta propia de las acampadas. Estrella Díaz presume de tener una de las más modernas y mejor equipadas de todo el espacio. "En 60 metros cuadrados tenemos todos los lujos de una casa y la ventaja de vivir al lado del mar", explica. Pero Estrella recuerda que no siempre ha sido así. En sus primeras acampadas dormía bajo una sombrilla de playa a la que le acoplaba unas toallas a modo de improvisada caseta. "Ahora vivimos con más comodidades pero seguimos conservando el encanto que supone vivir en plena naturaleza", señala.
Los fines de semana el área alcanza su máximo esplendor. Muchos campistas reciben la visita de sus familias y el recinto se convierte en una gran fiesta donde se realzan valores como la familia y la convivencia. "Aquí somos como una gran familia, nos conocemos la gran mayoría y nos ayudamos entre todos", explica Jiménez.
En general, los usuarios aseguran que el camping cuenta con todos los servicios necesarios y las instalaciones están en perfecto estado. Pero otros apuntan que podría incluirse una cafetería o "aunque sea una máquina que suministre café y una lavadora". Algunos de los servicios que ofrece son las duchas, agua, servicios, mesas para comer, aparcamiento y sala de televisión, entre otros.
Remedios Barreto confiesa ser una novata en el tema de las acampadas. Llegó hace más de un mes y pronto tendrá que recoger sus enseres y volver al bullicio de la ciudad. "Es la primera vez que hago esta actividad y repetiremos el próximo verano sin dudarlo", comenta encantada. También, Conchi Casanova cambió este año el veraneo en el apartamento por el de la acampada y se muestra satisfecha. "Con lo que pagamos una semana de apartamento estamos 54 días aquí".
Muchos usuarios deciden no abandonar el recinto, aunque hayan acabado su periodo vacacional y siguen yendo al trabajo desde allí, "vale la pena despertarse en este lugar y saber que por la tarde puedes seguir disfrutando de la playa y la naturaleza", comenta Conchi Casanova.
Los niños son los que más disfrutan de esta forma alternativa de descansar. "Desde por la mañana ya están subidos en sus bicicletas correteando para todos lados", indica Casanova, al tiempo que afirma que "es el mejor lugar para aprender y crecer de forma sana y segura, ya que no hay peligros". Montar en bici, pescar, nadar e incluso leer y escribir. Éstas son algunas de las actividades que han aprendido a realizar los dos nietos de Casanova quien asegura que "aquí somos muy felices".
El camping de La Punta nació entre continuas protestas del sector hotelero, pero consiguió esquivarlas para ofrecer la oportunidad de pasar unas vacaciones alternativas. Tan soló hace falta una caseta, ganas de divertirse y de alejarse del mundanal ruido de la ciudad.
publicado en: http://www.laopinion.es/