Nunca mejor dicho aquello de
“yo, soy yo y mis circunstancias”
Una de las cosas buenas que ha demostrado el descubrimiento y estudio del ADN... lo que nuestras abuelas decían
“ejque lo lleva en la masa de la sangre”, es -aparte de los avances en medicina- la desmitificación de los presupuestos racistas, todos... absolutamente todos los humanos modernos “semos” descendientes de la misma pareja de monos
(resulta que Adán y Eva no eran tan guapos) el resto han sido milenios de evolución y adaptación al medio, la similitud de rasgos y características físicas entre personas de un mismo medio es simple resultado de la endogamia, no es que las personas de tal ó cual lugar se parezcan por ser una “raza” ó tener tal ó cual “RH”,
simplemente es que son parientes, esto es fácilmente comprobable en lugares aislados y de población reducida.
Es curioso como siempre se ha querido reinterpretar la historia... cuando no reescribirla. Las migraciones no han sido tan numerosas como se ha querido siempre decir, por una razón simple...
no había tanta gente.
Sobre nuestra querida “piel de toro” siempre se ha fantaseado más que realizar un serio análisis, sobre la historia pre-romana poco hay, se sabe que tenían escritura propia, moneda y una organización social bastante avanzada, por circunstancias aquella sociedad fue asimilada por el imperio, perdiéndose por desuso la lengua -
y a falta de una “piedra roseta”- los testimonios de su escritura... pero no vinieron tantos romanos (no había tantos) de hecho la consolidación del imperio en “Hispania” se hizo con autóctonos, primero como mercenarios y después asimilados. Llegan las “Hordas del norte”... bastante romanizados... por cierto y que los hispanos se encargaron de terminar su romanización... (tampoco eran tantos) ¡llegan los morosss!... más de lo mismo, ni eran tantos, ni tan uniformes de origen, sin olvidar que la relación e intercambio con el norte de África no es precisamente de ahora...
Sobre nuestra historia “reciente” de “moros y judíos” hay más leyenda que realidad, se fueron los que pudieron y tenían medios económicos para comenzar en otra parte y esto refiriéndonos a su filiación político-cultural, en la genética dudo mucho que les quedase gran parte de “moros ó judíos”...
Lo que si demuestran los estudios recientes, es, que con las aportaciones puntuales (
necesarias para reducir la endogamia) los humanos una vez que colonizamos algo, nos movemos bastante poco, incluso nosotros -los campistas- que nos movemos más que los precios, siempre retornamos al terruño patrio.
“Semos asín”
