Eterna disquisición filosófica... nada... es pregonar en el desierto, en el mundo empresarial del campismo hay de casi todo, excepto competencia, basta echar un vistazo al número de campings que hay por habitante en Francia y compararlos con España... el resultado es desolador.
Ahí pienso que está el quit de la cuestión, en que en Francia hay muchísimos campings municipales baratos porque los propios consistorios se interesan y promueven el turismo en su comarca, idea a la que aquí aún no hemos llegado.
Y dudo que lleguemos en corto espacio de tiempo, dado que el campismo es una mentalidad social a la que también hay que llegar, así nos encontramos en que los empresarios no ven demanda que revele un negocio rentable en cualquier zona y los Ayuntamientos se preguntan, el que se lo pregunte claro: ¿campismo? ¿ezoqueloqueé?.
Para que os hagais una idea, en la península, España+Portugal+Andorra, tenemos unos 1500 campings, mientras que en Francia rondan los 13000, de los cuales diría que son mayoría los de promoción municipal. De lo que no tengo referencia es del censo aproximado de usuarios, pero seguro que son muchísimos más los franceses campistas que los que nos contamos aquí.
Esa doble e ingente oferta, privada+municipal, muy probablemente ayuda a abaratar precios más que cualquier otro factor.
Mi pensamiento es que la cantidad, la calidad, la forma de gestionarlo, la idea del campimo como motor de economía e incluso la forma de practicarlo, es lo que hace que el campismo peninsular sea malo y caro.
Se pueden crear sistemas por los que se consigan algunas ventajas puntuales, pero a mi parecer no es más que el chocolate del loro.
