Kiyo
Eclectic member
Uno de los campings que hemos visitado este verano ha sido el Mar del Pirineo en Sigüés (Zaragoza). En principio fue el elegido para visitar toda la zona del Pirineo Occidental por su situación, por tener sombra y piscina y por estar al lado del pantano de Yesa. Al mismo tiempo en la Guía de la FECC aparece con tres tiendecitas, dando a entender que está bien.
La realidad es que se trata de un camping que es posible que haya tenido un pasado glorioso, pero que actualmente está lleno de montajes fijos que más parecen chabolas que otra cosa, pues uno puede encontrar de todo, hasta casetas de obra o de madera adosadas a una vieja caravana, montajes de tubos y toldos, etc. La mayoría tienen puestos algún sistema de fregaderos fijos en las parcelas, cuyos desagües discurren por surcos hechos en la tierra siguiendo la ley de la gravedad hasta las parcelas más bajas y de aquí por un surco hasta la orilla del pantano, precisamente justo al lado de la pasarela del embarcadero, la peste en esa zona os la podéis imaginar.
La clientela del camping, aparte de las familias fijas, es mayormente de holandeses, españoles de autos y caravanas y gente joven con tienda. En cuanto a ruidos producidos por los alojados nada que objetar...... hasta que llegó la fiebre del sábado noche. Para ese día, la dirección del camping, llevada por gente joven por lo que pude ver, nos tenía una sorpresa preparada: al caer la noche empezó a sonar a toda pastilla una música proveniente de la zona del restaurante, situado casi en medio del camping. Habían colocado dos columnas de altavoces, luces de colores y una mesa con el correspondiente pinchadiscos dando caña al asunto, hasta las tres de la madrugada todo el camping a bailar por cojones, de nada sirvieron las quejas de diversos campistas, entre ellos yo, que tuve a la más pequeña de 18 meses llora que te llora hasta que paró el estruendo.
La justificación: en toda la zona escasean los chiringuitos de juventud, así que no se les ocurrió otra cosa que montar la fiesta allí mismo, le hjacen un favor a los jóvenes de los andurriales y de camino embolsarse unas pelas con la party-camping y el cubateo que pudieron servir, todo a modo de pub al aire libre.
Recordemos, como así les recordé yo, que en el camping cobran por cada noche que se haya pernoctado, el que después puedas dormir con el jaleo que ellos mismos montan es tu problema.
Así que avisados quedáis, si queréis marcha en un ambiente surrealista de camping-chabolas ya sabéis donde tenéis que acudir.

La realidad es que se trata de un camping que es posible que haya tenido un pasado glorioso, pero que actualmente está lleno de montajes fijos que más parecen chabolas que otra cosa, pues uno puede encontrar de todo, hasta casetas de obra o de madera adosadas a una vieja caravana, montajes de tubos y toldos, etc. La mayoría tienen puestos algún sistema de fregaderos fijos en las parcelas, cuyos desagües discurren por surcos hechos en la tierra siguiendo la ley de la gravedad hasta las parcelas más bajas y de aquí por un surco hasta la orilla del pantano, precisamente justo al lado de la pasarela del embarcadero, la peste en esa zona os la podéis imaginar.
La clientela del camping, aparte de las familias fijas, es mayormente de holandeses, españoles de autos y caravanas y gente joven con tienda. En cuanto a ruidos producidos por los alojados nada que objetar...... hasta que llegó la fiebre del sábado noche. Para ese día, la dirección del camping, llevada por gente joven por lo que pude ver, nos tenía una sorpresa preparada: al caer la noche empezó a sonar a toda pastilla una música proveniente de la zona del restaurante, situado casi en medio del camping. Habían colocado dos columnas de altavoces, luces de colores y una mesa con el correspondiente pinchadiscos dando caña al asunto, hasta las tres de la madrugada todo el camping a bailar por cojones, de nada sirvieron las quejas de diversos campistas, entre ellos yo, que tuve a la más pequeña de 18 meses llora que te llora hasta que paró el estruendo.
La justificación: en toda la zona escasean los chiringuitos de juventud, así que no se les ocurrió otra cosa que montar la fiesta allí mismo, le hjacen un favor a los jóvenes de los andurriales y de camino embolsarse unas pelas con la party-camping y el cubateo que pudieron servir, todo a modo de pub al aire libre.
Recordemos, como así les recordé yo, que en el camping cobran por cada noche que se haya pernoctado, el que después puedas dormir con el jaleo que ellos mismos montan es tu problema.
Así que avisados quedáis, si queréis marcha en un ambiente surrealista de camping-chabolas ya sabéis donde tenéis que acudir.
