Dori
timid@
Chamonix, reconocida ourensana
…. Y el maestro
Ilis, que espero no me suspenda el ejercicio…....por.... aquello de disipar un poco el humo de nuestra pipa…. Naturaleza y Románico.
El visitante que, no ha entrado por la N-120 acompañando al Sil en su entrada a esta tierra, ha dejado de disfrutar del paisaje que éste afluente le va ofreciendo a su paso. Aunque de nacimiento no es gallego, el Sil, cuyo cauce fue modificado por los romanos para sustraerle el oro, se acerca a nuestras tierras a hermanarse con el Miño, con tal generosidad que, lo convierte en “el río”.
Situada entre las provincias de Ourense y Lugo, los cañones del Sil, junto a su entorno, fue bautizado como “A Ribeira Sacra” por la cantidad de monasterios, de origen medieval, sitos en este paraje natural tan lleno de encanto. Muchos de estos monasterios conservan gran parte o elementos dispersos de su pasado románico, considerándose los más importantes: San Pedro de Bembibre, Taboada dos Freires, San Paio de Diomondi, Santo Estevo de Ribas de Miño, Santa María de Pesqueiras, Montederramo, San Pedro de Rocas, Ferreira de Pantón, San Paio de Abeleda, Santa Cristina de Ribas de Sil y Santo Estevo de Ribas de Sil (actualmente convertido en parador nacional).
Desde os Peares, una pintoresca y estrecha carretera discurre entre los embalses, ofreciéndonos unas vistas de la naturaleza escarpada y exuberante y, de unas aguas que tranquilamente discurren, calmadas por los embalses que el hombre ha construido y, que nos servirán como aparcamiento para disfrutar del entorno con la calma necesaria….
Entre el agreste paisaje destacan los bancales construidos por la mano humana y, que alberga un vino que también fue apreciado por los romanos. Aquí se producen caldos como el Godello (blanco) y el Mencía (tinto), vinos jóvenes dignos de un buen paladar.
Es indescriptible la paz espiritual que emana del paisaje que se extiende ante nuestros ojos, del tranquilo discurrir de sus aguas y, de las luces y las sombras que evocan a nuestras antiguas leyendas. Este es un reducto de la naturaleza autóctona gallega digno de quedar plasmado en nuestra retina.
:colors:


El visitante que, no ha entrado por la N-120 acompañando al Sil en su entrada a esta tierra, ha dejado de disfrutar del paisaje que éste afluente le va ofreciendo a su paso. Aunque de nacimiento no es gallego, el Sil, cuyo cauce fue modificado por los romanos para sustraerle el oro, se acerca a nuestras tierras a hermanarse con el Miño, con tal generosidad que, lo convierte en “el río”.
Situada entre las provincias de Ourense y Lugo, los cañones del Sil, junto a su entorno, fue bautizado como “A Ribeira Sacra” por la cantidad de monasterios, de origen medieval, sitos en este paraje natural tan lleno de encanto. Muchos de estos monasterios conservan gran parte o elementos dispersos de su pasado románico, considerándose los más importantes: San Pedro de Bembibre, Taboada dos Freires, San Paio de Diomondi, Santo Estevo de Ribas de Miño, Santa María de Pesqueiras, Montederramo, San Pedro de Rocas, Ferreira de Pantón, San Paio de Abeleda, Santa Cristina de Ribas de Sil y Santo Estevo de Ribas de Sil (actualmente convertido en parador nacional).
Desde os Peares, una pintoresca y estrecha carretera discurre entre los embalses, ofreciéndonos unas vistas de la naturaleza escarpada y exuberante y, de unas aguas que tranquilamente discurren, calmadas por los embalses que el hombre ha construido y, que nos servirán como aparcamiento para disfrutar del entorno con la calma necesaria….
Entre el agreste paisaje destacan los bancales construidos por la mano humana y, que alberga un vino que también fue apreciado por los romanos. Aquí se producen caldos como el Godello (blanco) y el Mencía (tinto), vinos jóvenes dignos de un buen paladar.
Es indescriptible la paz espiritual que emana del paisaje que se extiende ante nuestros ojos, del tranquilo discurrir de sus aguas y, de las luces y las sombras que evocan a nuestras antiguas leyendas. Este es un reducto de la naturaleza autóctona gallega digno de quedar plasmado en nuestra retina.
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